Acabar con brecha de género en las pymes sumaría 2,8 millones de trabajadoras

Madrid, 27 sep (.).- Acabar con las desigualdades de género en las pymes y autónomos supondría la creación de 2,8 millones de puestos de trabajo para mujeres y aportaría más de 131.000 millones de euros de Valor Añadido Bruto a la economía española, lo que equivale al 10,9 % del PIB correspondiente a 2021.

Estas son algunas de las conclusiones del informe del clúster ClosinGap, titulado «El coste de oportunidad de la brecha de género en las pymes y los autónomos españoles: una propuesta para mejorar el PIB y el empleo en España» y elaborado por la fundación CEOE en colaboración con el Instituto de Estudios Económicos.

En la presentación del estudio, este miércoles, ha estado la presidenta de ClosinGap, Marieta Jiménez, quien ha hecho hincapié en que «las pymes y los autónomos son el motor» de la economía, aunque muchas tienen «escasa visibilidad» y desafíos «que no siempre acaparan grandes titulares».

A su juicio, se debe conocer la brecha de género y entender cómo está impactando en nuestro país, especialmente «en un contexto mundial y también de país en el que más que nunca no podemos desperdiciar una micra del talento disponible”.

UN MILLÓN DE EMPRENDEDORAS

El estudio se basa en la diferencia de horas trabajadas por hombres y por mujeres en el ámbito de las pymes, que alcanzaron un total de 10.970 millones (67,5 %) y 5.290 millones (32,5 %), respectivamente, una brecha que se sitúa en 5.680 millones de horas.

Teniendo en cuenta estos datos se apuesta por trabajar en tres ejes: «equiparar las jornadas laborales entre varones y mujeres, crear un millón de nuevos empleos para emprendedoras y aumentar en 1,8 millones el número de asalariadas».

Para cubrir las necesidades de nuevo empleo en este sector, la publicación detalla que 1,8 millones de mujeres procederían de una situación de desempleo (65,1 %), mientras que el millón restante (34,9%) serían mujeres que deberían incorporarse al mercado laboral.

Ese aumento de mujeres trabajando supondría asimismo un aumento de la tasa de ocupación femenina, que en la actualidad es del 53,7 % (media en el año 2021) y alcanzaría el 58,6 %, todavía por debajo de la tasa correspondiente al empleo masculino, que es del 63,3 %.

MÁS EMPRESAS Y DE MAYOR TAMAÑO

El informe señala que ese incremento de empleo femenino tendría repercusiones en el tejido productivo, ya que «implicaría la creación de nuevas empresas o el aumento del tamaño medio de la pyme española».

Sobre este asunto, detalla que la incorporación de 1,8 millones de asalariadas sería el equivalente a la creación de 280.000 nuevas empresas o incrementaría el tamaño medio de la pyme española, que pasaría a ser de 7,8 asalariados de media frente al 6,5 actual, un aumento del 21,6 %.

El informe concluye que los sectores de la construcción, la industria manufacturera, la rama de comercio, transporte y hostelería, y la rama de agricultura, ganadería, silvicultura y pesca serían los que mayor volumen de empleo generarían, unos 2,5 millones.

Desde el punto de vista de la actividad económica, la industria manufacturera, la construcción y el comercio, transporte y hostelería son los sectores donde los efectos sobre el VAB serían más abultados, concentrando entre los tres el 76,7 % del total.

El acto de presentación ha tenido lugar en la sede nacional de la CEOE y han participado el presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, y la presidenta de Fundación CEOE, Fátima Báñez, quien ha remarcado que este estudio demuestra que «más talento femenino es más prosperidad para España».

Por su parte, Garamendi ha insistido en que «parece mentira» que esto sea un reto en el año 2022 y no una realidad, ya que «la suma de talento es la que nos hace grandes» y la que «hace que una organización sea diferente» y por ello ha apostado por «romper barreras» en el ámbito de la igualdad.

Los autores del estudio insisten en que para cerrar la brecha existente es necesario «generar un clima favorable para la empresa y para la actividad, que permita reducir el desempleo», ya que es «uno de los elementos que contribuyen al diferencial de brecha actual» y también califican de «crucial» fomentar la participación de las mujeres en el mercado laboral.

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