Alemania puede reducir el CO2 de combustibles más allá de la soja y el maíz -ministerio
03.05.2022 23:49
FOTO DE ARCHIVO: Una máquina sembradora en un campo en Frauwuellesheim, cerca de Düren, Alemania, el 21 de abril de 2020. REUTERS/Stephane Nitschke
Por Zuzanna Szymanska
FRÁNCFORT, 3 may (Reuters) – Utilizar menos granos y aceite vegetal en los biocombustibles no es la única opción para que Alemania reduzca sus emisiones de CO2, según declaró el martes su Ministerio de Medio Ambiente, después de que la guerra en Ucrania haya empujado a Berlín a acelerar los planes para limitar la producción de combustible a partir de alimentos.
La Unión Europea ha acordado un tope del 7% para los biocombustibles de origen alimentario. Alemania, que es el mayor productor de colza de la Unión Europea, se ha propuesto reducir aún más esa cifra —la última vez al 4,4%— y ahora pretende bajarla aún más. El Ministerio de Agricultura alemán dice que está trabajando en una nueva legislación para lograrlo.
La guerra en Ucrania, uno de los principales exportadores agrícolas de Europa, ha interrumpido el suministro y ha llevado a Alemania a actuar con mayor rapidez para reducir su uso de granos y aceites vegetales en biocombustibles.
«El maíz, la colza o la soja no son la única forma. Los fabricantes de combustible pueden utilizar biocombustibles sintéticos y basados en residuos, electricidad e hidrógeno verde», dijo un portavoz del ministerio, al comentar información difundida en un medio de comunicación afirmando que Alemania limitará la producción de combustibles agrícolas.
El viernes, el periódico alemán Augsburger Allgemeine Zeitung (AAZ) informó de que la ministra de Medio Ambiente de Alemania, Steffi Lemke, estaba trabajando con el Ministerio de Agricultura en ese límite, ya que «la tierra de uso agrícola es necesaria para la alimentación, como nos muestra dramáticamente la guerra de Ucrania».
La medida llega después de que Alemania decidiera dejar de subvencionar el aceite de palma como componente de los combustibles a partir de 2023, aunque la Unión Europea seguirá permitiendo el aditivo hasta 2030.
El portavoz dijo que los planes de Lemke para limitar aún más el uso de productos alimentarios en los biocombustibles es un «siguiente paso lógico», pero se negó a dar más detalles sobre el alcance y el calendario de los cambios propuestos.
La información del AAZ ha tenido una gran repercusión en varios mercados, entre otras cosas, provocando un fuerte descenso de los futuros de la colza en la UE y haciendo caer el precio de las acciones de la empresa alemana de bioenergía Verbio.
Sin embargo, permitir la producción de combustible a partir de alimentos y piensos sólo ayudaría a las empresas a cumplir los objetivos medioambientales a corto plazo, según el portavoz.
«Ampliar la producción de biocombustibles a partir de alimentos y piensos sería perjudicial para la naturaleza. Habría que talar bosques o desecar páramos para crear nuevas zonas de cultivo para obtener más combustible», dijo.
Esto ya era un problema antes de la guerra en Ucrania, añadió el portavoz.
También dijo que la mayor parte de los alimentos y piensos utilizados como combustible tienen que ser importados, lo que ejerce una presión adicional sobre los mercados mundiales, ya sometidos a una gran presión, y provoca un aumento de los precios en todos los países, incluida Alemania.
(Reporte de Zuzanna Szymanska; edición de Miranda Murray y Susan Fenton; traducción de Darío Fernández)