Boric busca acercar a Chile a estándares de la OCDE con su reforma tributaria
02.07.2022 15:59
Boric busca acercar a Chile a estándares de la OCDE con su reforma tributaria
Patricia Nieto Mariño
Santiago de Chile, 1 jul (.).- Con una ambiciosa reforma tributaria que incluye regalías a la minería e impuestos a la riqueza, el presidente de Chile, Gabriel Boric, pretende acercar a su país, uno de los más desiguales de Latinoamérica, a los estándares de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) en materia fiscal.
El mandatario presentó hoy una de sus principales promesas de su campaña electoral: una inédita agenda que, en esencia, apunta a que los ricos contribuyan más en un país con una de las tasas más bajas de recaudación en proporción a su riqueza de toda la OCDE.
Solo tres meses en el cargo valieron a este antiguo líder estudiantil progresista para alinear a su heterogéneo gabinete -que incluye a la izquierda más radical y a la más moderada del país-, y construir, pese a la resistencia de la derecha, una política fiscal con la que busca financiar la amplia agenda de derechos sociales que trae bajo el brazo.
«Esto va más allá de un gobierno de turno (…) El objetivo de una reforma tributaria es precisamente avanzar hacia una mayor equidad, avanzar en mayor igualdad y cohesión social», afirmó el mandatario sobre una reforma a la que se ha resistido durante años los partidos políticos y los dueños del dinero, y que había causado críticas y enorme expectación.
RECAUDAR UN 4,1 % DEL PIB
La propuesta, a la que le espera un largo trecho en el Parlamento, busca recaudar un 4,1 % del PIB, unos 12.000 millones de dólares, para “financiar cerca de la mitad del coste del programa de gobierno”, detalló el ministro de Hacienda y expresidente del Banco Central, Mario Marcel.
Para lograrlo, el Ejecutivo propone diferentes mecanismos, como elevar la aportación del 3 % de los contribuyentes de mayores ingresos para «avanzar hacia la justicia tributaria»; elevar la tasa por plusvalías en las operaciones bursátiles del 10 % al 22 % o un impuesto a la riqueza a quienes tengan más de 5 millones de dólares de patrimonio.
Sobre el impuesto a la renta, la tasa marginal máxima se establecería en el 43 %, ubicándose en la media de los países de la OCDE, y “más del 97 % de los contribuyentes mantendría su carga tributaria actual”, destacó Marcel.
Según las proyecciones, la recaudación sería gradual: de un 0,6 % del PIB en 2023; del 1,8% en 2024; 3,1 % en 2025, y 4,1 % en 2026.
Otro de las grandes novedades es aumentar la tributación de la gran minería del cobre, del que Chile es principal productor mundial, a aquellos explotadores con más de 50.000 toneladas de producción anual.
La reforma propone transicionar de la actual regalía, del 3 % de las ventas totales, a una híbrida: con un componente sobre las ventas de entre un 1 % y un 4 %, y otra tasa de entre 2 % y 32 % sobre la rentabilidad operacional en función del precio del metal.
MÁS CAPACIDAD REDISTRIBUTIVA
Pese a ser uno de los países con mayor renta per cápita de América Latina, Chile es uno de los más desiguales y con menor capacidad redistributiva de la OCDE, dado que los impuestos logran reducir la desigualdad en un 2,5 % frente al 10 % en promedio del grupo.
Así lo destacó hace unos días la OCDE, que señaló que, según la recaudación tributaria como porcentaje del PIB, la marca de Chile en 2020 (19,3 %) se encontraba muy por debajo del promedio del bloque (33,5%), solo por delante de México (17,9 %) y Colombia (18,7 %).
Pese a que ha habido varias reformas tributarias desde el retorno a la democracia en 1990, «los ingresos operacionales se han mantenido prácticamente iguales en los últimos 30 años», señaló Marcel.
El ministro tranquilizó a los inversores extranjeros al asegurar que no se verán afectados por la reforma fiscal. «Para los inversionistas extranjeros se mantendrá el régimen tributario actual», dijo.
ENTRE CRÍTICAS Y ELOGIOS
«La reforma es bastante realista, flexible y apunta a afectar a quienes tienen más recursos o que tienen esta pésima práctica de la evasión», opinó el diputado socialista Jaime Naranjo.
Mientras que desde el oficialismo señalan que los cambios fiscales son imprescindibles para instalar la transformación y cambios sociales que prometió Boric, desde la derecha lo ven como una política demasiado ambiciosa e inconveniente, en momentos en que el país atraviesa una inflación que alcanzó el 11,5 % en mayo.
«Pensaba que el primer anuncio en materia económica del Gobierno iba a estar enfocada en cómo enfrentar la inflación», se quejó el senador derechista Juan Antonio Coloma (Unión Democrática Independiente).
El diputado Frank Sauerbaum (Renovación Nacional, derecha), agregó que «el Gobierno con esta reforma no se hace cargo de la realidad económica del país».
«Pareciera que no pasa nada, pero tenemos una recesión ad portas, un alto nivel de inflación, una devaluación de la moneda nacional muy importante(…)», lamentó.
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