Brasil logra reducir los casos de tuberculosis con un programa que reparte dinero en efectivo Por Euronews
08.01.2025 00:57
Un programa gubernamental para dar dinero en metálico a personas con bajos ingresos en Brasil redujo significativamente su riesgo de contraer tuberculosis, la enfermedad infecciosa más mortífera del mundo, según ha revelado un nuevo estudio.
Brasil puso en marcha el programa ‘Bolsa Familia’ en 2004 para proporcionar ayuda económica a las familias más pobres del país, siempre que cumplieran ciertos requisitos educativos y médicos. Las familias que reúnen los requisitos, ganar menos de 34 euros al mes por persona, reciben un mínimo de 93 euros mensuales en prestaciones en metálico, con pagos más elevados para las familias con niños pequeños, adolescentes y mujeres embarazadas.
El programa ‘Bolsa Familia’, que llegó a 21,1 millones de familias en 2023, es una de las mayores iniciativas de ingresos estatales por renta del mundo. A esta iniciativa se le atribuye la reducción de la mortalidad infantil, las enfermedades cardiovasculares, el suicidio y otros problemas de salud.
Ahora, un nuevo estudio publicado en la revista ‘Nature Medicine’ ha analizado la relación entre el programa y la tuberculosis, una enfermedad infecciosa que ataca los pulmones y está estrechamente vinculada a la pobreza y la desnutrición. El estudio descubrió que, entre 2004 y 2015, el programa frenó la incidencia de la tuberculosis y las muertes por esta enfermedad entre las personas que vivían en condiciones de pobreza extrema, y que los efectos fueron aún mayores en el caso de los brasileños indígenas y afrodescendientes.
10,8 millones de personas padecen tuberculosis
«En (comunidades) extremadamente pobres y marginadas, el impacto de un programa de lucha contra la pobreza no difiere mucho en magnitud de un medicamento, un diagnóstico o cualquier enfoque biomédico», declara a ‘Euronews Health’ Davide Rasella, autor principal del estudio y jefe del grupo de evaluación y valoración del impacto sanitario del Instituto de Salud Global de Barcelona.
En 2023, unos 10,8 millones de personas en todo el mundo padecerán tuberculosis. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la recuperación de esta enfermedad, a veces debilitante, puede llevar meses, y aproximadamente la mitad de los pacientes se enfrentan a una carga financiera demasiado alta como consecuencia de ello.
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¿Cómo funcionó el estudio?
El nuevo análisis incluyó a 54,5 millones de brasileños con ingresos bajos que tenían características demográficas y socioeconómicas similares, independientemente de si recibían o no transferencias monetarias. Durante los 12 años que duró el estudio, se produjeron casi 160.000 nuevos diagnósticos de TB y unas 8.000 muertes en la cohorte.
Durante ese tiempo, la incidencia de tuberculosis y la mortalidad fueron menores entre las personas que recibieron transferencias. Por ejemplo, la incidencia fue de 49,44 por 100.000 entre los beneficiarios, frente a 81,37 por 100.000 entre los que no recibieron el dinero.
Mientras tanto, la mortalidad por tuberculosis fue más del doble entre las personas que no recibieron el dinero, con 4,68 por 100.000 frente a 2,08 por 100.000 entre los que recibieron las transferencias. Estos efectos fueron aún mayores en las regiones del norte y noreste de Brasil, menos desarrolladas que el resto del país, así como en las personas en situación de pobreza extrema, los indígenas, los afroamericanos o los de raza mixta, conocidos por el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística como «pardos».
Según el estudio, los «efectos protectores» del programa contra la tuberculosis fueron más débiles en las zonas con prisiones, posiblemente porque las cárceles pueden convertirse en auténticos reservorios de tuberculosis, con tasas más altas tanto en las instalaciones como en las comunidades vecinas.
El papel de la pobreza extrema en los resultados sanitarios
Los expertos llevan tiempo advirtiendo de que la pobreza extrema es un factor de riesgo para la tuberculosis, ya que es menos probable que las personas acudan a los servicios sanitarios debido a los gastos médicos, las barreras de transporte o la imposibilidad de faltar al trabajo, lo que podría retrasar el diagnóstico o el tratamiento.
Según los investigadores, el dinero en metálico podría ayudar a reducir los riesgos garantizando a las personas un mayor acceso a los alimentos, mejores condiciones de vivienda, como espacios menos abarrotados y mejor ventilación, y la posibilidad de cocinar con combustibles más limpios que reduzcan la contaminación del aire interior.
«Cuando tienes más márgenes económicos, puedes acceder fácilmente a la atención sanitaria y quizá ser diagnosticado a tiempo», afirma Rasella. «Y una vez que tienes la enfermedad, el hecho de que sigas teniendo una mayor seguridad alimentaria y estés mejor alimentado, tu respuesta al tratamiento es mejor».
El programa de transferencias monetarias de Brasil también lleva aparejadas algunas condiciones que podrían ayudar a garantizar que la gente se someta a las pruebas de detección y al tratamiento de la tuberculosis. Por ejemplo, las mujeres embarazadas deben recibir atención prenatal, mientras que los niños deben vacunarse, cumplir los requisitos nutricionales y asistir a la escuela.
Los investigadores señalaron que los resultados tienen implicaciones para los responsables políticos de todo el mundo, dado que el programa brasileño de transferencia de efectivo tiene ya 20 años. Aunque el periodo de estudio finalizó en 2015, Rasella afirmó que es probable que sus efectos se hayan mantenido.
También se han ensayado proyectos similares a menor escala en India y Uganda con resultados prometedores, aunque el estudio ugandés indica que las transferencias de efectivo deben ser a más largo plazo para maximizar su impacto. En última instancia, los resultados muestran que «la reducción de la pobreza y, si es posible, su erradicación, podrán reducir masivamente la carga de las enfermedades relacionadas con la pobreza, especialmente entre los más vulnerables, y sobre todo en el Sur Global», concluye Rasella.
