Bruselas ultima la flexibilización de ayudas públicas que aún divide a países
02.03.2023 18:40
Bruselas ultima la flexibilización de ayudas públicas que aún divide a países
Bruselas, 2 mar (.).- La Comisión Europea ultima la flexibilización de las normas sobre ayudas públicas que quiere adoptar para impulsar inversiones en tecnologías limpias con el fin de no perder la carrera con China y Estados Unidos pero que aún divide a los Estados miembros por el miedo a que fragmenten el mercado único.
En una rueda de prensa posterior a la reunión de ministros de los Veintisiete responsables de Industria y Mercado Interior, la vicepresidenta del Ejecutivo comunitario a cargo de Competencia, Margrethe Vestager, explicó que su departamento está analizando actualmente las respuestas que los gobiernos europeos han remitido a Bruselas en el marco de la consulta.
«Es casi una constante, la gran mayoría de los Estados miembros mencionan en las respuestas que es crucial respetar la integridad del mercado único», dijo la danesa, quien añadió que existen discrepancias entre los socios comunitarios sobre el alcance temporal que debería tener la relajación de las normas sobre ayudas de Estado.
Vestager explicó que también está pendiente de acordar la cláusula que permitirá a los Estados miembros igualar con fondos públicos el subsidio que se le ha ofrecido a una empresa fuera de Europa para evitar la deslocalización de plantas de producción de tecnologías verdes, una de las cuestiones clave de la relajación de las reglas.
«Lanzaremos el Marco Temporal de Crisis y de Transición bastante pronto. No tengo fecha exacta pero será en un futuro cercano», aseguró la vicepresidenta del Ejecutivo comunitario.
Precisamente este miércoles diez países europeos – Países Bajos, Bélgica, Irlanda, Austria, Dinamarca, Finlandia, Estonia, Letonia, Lituania y República Checa- enviaron una carta a la Comisión y el Consejo Europeo advirtiendo del riesgo para el mercado europeo de tomar medidas «reactivas» y «a corto plazo» para competir con los subsidios de otras potencias y afrontar los altos precios energéticos.
«Las medidas de gestión de crisis y reactivas no constituyen en sí mismas una economía robusta y preparada para el futuro que garantice la prosperidad y peso global de Europa. De hecho, podría incluso haber un riesgo de que el efecto combinado de las medidas a corto plazo distorsione la igualdad de condiciones, y cambie y potencialmente debilite los fundamentos de nuestra economía», dice la misiva a la que tuvo acceso EFE.
En general los países pequeños del bloque son los más reacios a abrir la mano con las ayudas públicas porque temen quedar en desventaja para competir con otros socios mayores y con más músculo fiscal, mientras que Alemania y Francia, las primeras economías de la UE, son las principales defensoras de la medida.
«Necesitamos procesos más fáciles para las ayudas de Estado, tenemos que permitir a Europa igualar las ayudas de otras partes del mundo (…), pero al mismo tiempo tomar medidas para asegurar que también los Estados miembros más pequeños, con menos recursos, pueden acceder a los fondos europeos que ya tenemos para igualar lo que otros pueden hacer», dijo el secretario de Estado de Economía y Clima alemán, Sven Giegold.
El político alemán se mostró «sorprendido» de que algunos de los Estados miembros más contrarios a las ayudas de Estado «por el lado del gasto» público sean «los mismos que son más agresivos cuando se trata de competencia fiscal, por el lado de los ingresos el Estado».
«Todos estaríamos mejor si tuviéramos mejores reglas tributarias, que no permitieran que las pequeñas empresas paguen más impuestos que las grandes multinacionales que se aprovechan de las lagunas del mercado común», dijo.
Por su parte, España también es partidaria de relajar las normas, pero siempre que estos cambios no afecten a la competencia entre los socios del bloque, y pone el foco en aligerar los procedimientos del fondo de recuperación para acelerar el despliegue de las ayudas.
lpc-
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