Casi un millón de personas se enfrenta a hambruna en zonas críticas: agencias de la ONU
21.09.2022 15:10
© Reuters. Imagen de archivo de un octogenario afectado por el hambre en una tienda de campaña en el campamento Kaxareey para desplazados internos en Dollow, región de Gedo, Somalia. 24 mayo 2022. REUTERS/Feisal Omar
Por Maytaal Angel
LONDRES, 21 sep (Reuters) – Casi un millón de personas en Afganistán, Etiopía, Sudán del Sur, Somalia y Yemen están muriendo de hambre o se enfrentarán a ella este año en ausencia de ayuda, a medida que la crisis alimentaria mundial se agrava, según advirtieron el miércoles los organismos de Naciones Unidas.
Los conflictos locales y las condiciones meteorológicas extremas siguen siendo los principales impulsores del hambre aguda, agravada este año por la inestabilidad económica relacionada con los efectos de la pandemia del COVID-19 y la guerra entre Rusia y Ucrania.
«La grave sequía en el Cuerno de África ha llevado a la gente al borde de la inanición. La inseguridad alimentaria aguda está aumentando rápidamente y se está extendiendo por todo el mundo. Sin una respuesta humanitaria masiva, la situación probablemente empeorará en los próximos meses», dijo el director de la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).
Aunque los precios de las materias primas agrícolas a nivel mundial han bajado de sus máximos históricos en los últimos meses, los precios locales de los alimentos en varios países siguen siendo elevados y corren el riesgo de volver a subir si fracasa el acuerdo negociado por la ONU para aumentar los envíos de cereales y fertilizantes a Rusia y Ucrania.
Ucrania es el cuarto mayor exportador de cereales del mundo, mientras que Rusia ocupa el tercer lugar en exportaciones de grano y el primero en fertilizantes.
Según el informe trimestral de la FAO sobre los «focos de hambre», elaborado conjuntamente con el Programa Mundial de Alimentos (PMA) de la ONU, los altos precios de los alimentos, el combustible y los fertilizantes han obligado a las economías avanzadas a endurecer su política monetaria.
Esto ha aumentado el costo del crédito para los países de bajos ingresos, limitando sus importaciones y obligándoles a introducir medidas de austeridad.
«Se espera que estas tendencias se acentúen en los próximos meses, con el aumento de la pobreza y la inseguridad alimentaria aguda, así como los riesgos de disturbios civiles impulsados por el aumento de los agravios socioeconómicos», señala el informe.
(Editado en español por Carlos Serrano)