China insta a protegerse contra la nueva oleada de COVID
12.12.2022 08:51
© Reuters. Mujeres con mascarillas y protectores faciales consultan un teléfono en una calle, mientras continúan los brotes de COVID-19 en Shanghái, China, 12 de diciembre de 2022. REUTERS/Aly Song
Por Eduardo Baptista y Sophie Yu
BEIJING, 12 dic (Reuters) – Numerosas personas hacían cola el lunes ante hospitales chinos para comprobar si tenían COVID-19, una nueva señal de la rápida propagación de los síntomas después de que las autoridades empezaran a desmantelar las medidas estrictas contra la enfermedad.
Tres años después del inicio de la pandemia, China avanza lentamente para alinearse con un mundo que se ha abierto en gran medida a convivir con el COVID, y el pasado miércoles efectuó un importante cambio de estrategia tras unas protestas sin precedentes contra sus severas restricciones.
Ha eliminado las pruebas previas a muchas actividades, ha limitado la cuarentena y se dispone a desactivar el lunes una aplicación móvil utilizada para rastrear el historial de viajes de una población de 1.400 millones de personas.
Sin embargo, con poca exposición a una enfermedad en gran medida controlada hasta ahora, China está mal preparada, según los analistas, para una oleada de infecciones que podría aumentar la presión sobre su frágil sistema sanitario y paralizar los negocios.
«Tengo mucho miedo de infectarme, porque el número de personas infectadas está creciendo gradualmente en Pekín», dijo a Reuters un estudiante de 18 años, apellidado Tan, mientras caminaba por una calle del lujoso distrito de Chaoyang de la capital.
«Pero hoy tengo que salir a hacer unos recados», añadió. «Llevo tres semanas retrasando la salida debido al COVID».
En otro lugar del distrito, donde se encuentran embajadas extranjeras y sedes de empresas, unas 80 personas soportaban el frío frente a una clínica para enfermos con fiebre mientras las ambulancias pasaban a toda velocidad.
Reuters fue testigo de colas similares ante clínicas del centro de la ciudad de Wuhan, donde el COVID-19 apareció por primera vez hace tres años.
El número de pacientes que esperaban ser ingresados en las clínicas de urgencias y de fiebre iba en aumento, según declaró el domingo un médico que trabaja en el departamento de enfermedades respiratorias de un hospital de Pekín, citado por el periódico estatal Global Times.
Sin embargo, las cifras oficiales indican que en las últimas semanas se ha registrado una tendencia a la baja desde el pico de 40.052 casos alcanzado a finales de noviembre. Los 8.626 casos registrados el domingo fueron inferiores a los 10.597 del día anterior.
Sin embargo, las cifras reflejan la disminución de los requisitos de análisis, según los analistas, mientras que los responsables sanitarios chinos han advertido de un aumento inminente.
En declaraciones publicadas el lunes en el diario estatal Shanghai Securities News, Zhang Wenhong, jefe de un equipo de expertos de la ciudad, que es un epicentro comercial, afirmó que el brote actual podría alcanzar su punto álgido en un mes, aunque el final de la pandemia podría tardar entre tres y seis meses.
En ciudades como Pekín y Wuhan se extendieron los indicios de que el virus estaba arrasando las comunidades.
«Por favor, protéjanse», instó el domingo a los residentes la dirección de un conjunto de viviendas del distrito capitalino de Dongcheng, añadiendo que casi todo su personal había sido infectado.
«Intenten en la medida de lo posible no salir…», decía en la aplicación de mensajería WeChat. «Sean los primeros en responsabilizarse de su propia salud, afrontemos esto juntos».
La propagación de estos temores ha llevado a algunas personas a evitar lugares concurridos o cenas en interiores.
Por eso, pocos analistas esperan un repunte rápido y generalizado del gasto en la segunda economía mundial, ya que el júbilo con que se acogieron las bruscas relajaciones se ha visto atenuado por la incertidumbre de consumidores y empresas.
Sin embargo, China sigue adelante con sus esfuerzos para liberalizar los viajes por todo el país, aunque los viajes al extranjero puedan tardar en llegar.
Una aplicación móvil estatal que identifica a los viajeros que se dirigen a las zonas afectadas por el COVID dejará de funcionar el lunes a medianoche, según un anuncio publicado en su cuenta oficial de WeChat.
El número de vuelos nacionales disponibles en China superó los 7.400, casi el doble que hace una semana, según la aplicación de seguimiento de vuelos VariFlight.
(Reportes de Eduardo Baptista, Ryan Woo, Bernard Orr, Sophie Yu en Pekín, Brenda Goh en Shanghai y Martin Quin Pollard en Wuhan; Redacción de John Geddie; Editado en español por Flora Gómez)
