China se prepara para una oleada de COVID en vísperas de las vacaciones
16.12.2022 09:29
© Reuters. Varios residentes hacen cola en una farmacia para comprar kits de pruebas de antígenos para el COVID-19, en Nanjing, provincia de Jiangsu, China, 15 de diciembre 2022. REUTERS/China Daily
Por Bernard Orr y Albee Zhang
PEKÍN/SHANGHÁI, 16 dic (Reuters) – China presentó el viernes planes urgentes para proteger a las comunidades rurales del COVID-19, mientras millones de habitantes de las ciudades planeaban sus primeras vacaciones en años, después de que Pekín abandonara su estricto sistema de confinamientos y restricciones de viaje.
La medida adoptada por China la semana pasada para empezar a adaptarse a un mundo que se ha abierto en gran medida a convivir con el virus, se produjo tras las históricas protestas contra las normas de ‘cero COVID’ del presidente Xi Jinping, diseñadas para acabar con el COVID.
Sin embargo, el entusiasmo que suscitó este giro radical ha dado paso rápidamente a la preocupación de que China no esté preparada para la próxima oleada de infecciones y el revés que podría suponer para la segunda mayor economía del mundo.
China notificó 2.157 nuevas infecciones sintomáticas por COVID-19 para el 15 de diciembre.
Las cifras oficiales, sin embargo, se han vuelto menos fiables a medida que se han reducido las pruebas, y se contradicen cada vez más con los signos de una mayor propagación sobre el terreno, como las largas colas ante las clínicas y las estanterías vacías en las farmacias.
Hay especial preocupación por el interior de China en vísperas de las vacaciones del Año Nuevo Lunar, que comienzan el 22 de enero.
Es probable que las zonas rurales se vean inundadas de viajeros que regresan a sus pueblos y aldeas, que han estado poco expuestos al virus durante los tres años transcurridos desde que estalló la pandemia.
La Comisión Nacional de Salud de China informó el viernes de que estaba intensificando las vacunaciones y creando reservas de respiradores, medicamentos esenciales y kits de análisis en las zonas rurales. También recomendó a los viajeros que redujeran el contacto con familiares ancianos.
Las fronteras internacionales de China continental permanecen cerradas en su mayor parte, pero las recientes decisiones de abandonar las pruebas previas a los viajes nacionales y desactivar las aplicaciones que rastreaban el historial de viajes de las personas han liberado a estas para desplazarse por el país.
Una de las provincias más pobladas de China, Henan, canceló todas las vacaciones del personal sanitario hasta finales de marzo para garantizar «una transición fluida» a medida que se suavizan las restricciones del COVID, según informaron a última hora del jueves los medios de comunicación estatales.
Varias ciudades de este país de 1.400 millones de habitantes también abrieron nuevos centros de vacunación para animar a la población a vacunarse de refuerzo, informó el periódico estatal Global Times.
«A por todas» fue el mensaje del regulador estatal de activos de China en un comunicado emitido a última hora del jueves en el que instaba a las farmacéuticas de propiedad estatal a garantizar el suministro de medicamentos relacionados con el COVID para satisfacer «el rápido aumento» de la demanda.
SF Express, uno de los mayores servicios de mensajería de China, dijo en su cuenta oficial de WeChat que había enviado trabajadores de todo el país para mantener las entregas en Pekín ante la escasez de personal y el aumento de la demanda.
También señaló que había puesto en marcha una «vía rápida» para envíos de emergencia, como medicinas y artículos de primera necesidad, ya que la demanda en la capital ha superado en un 300% los niveles normales en los últimos días.
La alarma causada por el COVID en China también llevó a los habitantes de Hong Kong, Macao y algunos barrios de Australia a intentar obtener medicamentos contra la fiebre y kits de análisis para familiares y amigos en la China continental.
«TODO EL MUNDO SE CONTAGIARÁ»
Gracias a los controles inflexibles del Gobierno, China salió indemne en comparación con muchos otros países durante la pandemia de los últimos tres años, pero ahora muchos chinos se resignan a contraer el virus en algún momento.
«Todo el mundo se contagiará, supongo», dijo a Reuters en las calles de Pekín una residente de 29 años que pidió ser identificada por su apellido, Du.
Los analistas temen que China pague un precio por dejar que el virus se propague rápidamente entre una población que carece de «inmunidad de rebaño» y tiene bajas tasas de vacunación entre los ancianos.
Esto ha mermado las perspectivas de crecimiento a corto plazo, aunque la apertura ayude a reanimar la maltrecha economía china.
El viernes, JPMorgan (NYSE:) revisó a la baja sus expectativas de crecimiento para China en 2022 al 2,8%, muy por debajo del objetivo oficial del 5,5%, lo que supondría uno de los peores resultados de China en casi medio siglo.
China se está preparando para «un período de sufrimiento transitorio», dijeron los analistas del banco, añadiendo que esperaban que las infecciones se disparen en los meses posteriores a las fiestas del Año Nuevo Lunar antes de que la economía comience a recuperarse a mediados de 2023.
El presidente Xi, el Politburó y altos responsables del Gobierno celebran esta semana su Conferencia Central de Trabajo Económico anual, según tres fuentes con conocimiento directo del asunto.
El máximo órgano de planificación estatal de China, la Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma (CNDR), dijo que se necesitan «arduos esfuerzos» para mantener la recuperación del crecimiento debido a un entorno exterior adverso y a la pérdida de impulso de la economía mundial.
Las empresas que ya están sufriendo el cambio de normativa de China son las dedicadas a sus productos y servicios de cuarentena, seguimiento de COVID y control de movimientos, que se habían convertido en grandes empleadores en los últimos tres años.
El subía el viernes, ya que los operadores se mostraban optimistas ante la posibilidad de que en la conferencia se adopten nuevas medidas de apoyo a la economía.
(Reporte de Bernard Orr y Albee Zhang en Pekín, Brenda Goh y Jing Wang en Shanghai y Stella Qiu en Sydney; Redacción de John Geddie; editado en español por Flora Gómez)