China y Cataluña, los dos contendientes principales de una guerra del cerdo aún por librar Por EFE
23.06.2024 12:36
Juan Javier Ríos
Madrid, 23 jun (.).- China, principal destino de las ventas españolas de cerdo, y Cataluña, la potencia española sin discusión en este tipo de ganadería, son los dos grandes contendientes de una guerra comercial que se librará de aquí a un año, con los aranceles como arma arrojadiza entre la UE y el gigante asiático.
Los productores e industriales del cerdo aún siguen digiriendo la amenaza que se les vino encima hace una semana cuando las autoridades chinas, recogiendo el guante de algunas de sus empresas, decidieron abrir una investigación por «antidumping» (competencia desleal) al cerdo procedente de la Unión Europea, cuyo principal proveedor es España.
El conflicto ha estallado tras el anuncio hecho por la Unión Europea de subir los aranceles a los coches eléctricos chinos.
Normal es la tensión para el sector del porcino (aunque el del jamón ibérico y embutidos se salvan de esta contienda) porque vende, y mucho, a ese destino: el 20,3 % de todo el volumen que se exporta anualmente (0,56 millones de toneladas el año pasado a China) y casi el 14 % de la facturación total por exportar (más de 1.200 millones de euros).
Adónde llega el cerdo español más allá de China
Tal es la demanda china por las carnes y despojos del porcino nacional que supera en mucho al segundo cliente, Francia, un destino de salida natural para otros muchos alimentos españoles.
Francia compró el año pasado casi el 11 % de todo el cerdo vendido desde España (0,29 millones de toneladas) y pagó por esa cantidad 1.100 millones de euros (12,4 % del total facturado).
De esas cifras se desprende que China compra más pero más barato (partes, como los despojos, menos valoradas en España) y Francia compra menos que el gigante asiático, pero más caro (carne que sí tiene más valor aquí).
Italia, Japón, Portugal y Filipinas son los siguientes principales clientes para el país, según refleja el informe aportado por la interprofesional del cerdo blanco (Interporc) a EFE.
Más allá de estos países, hay otros destinos como Polonia, Corea del Sur, Alemania, Rumanía, República Checa o Reino Unido; una larga lista de interesados por la carne, despojos y otros derivados (como jamones o paletas) del cerdo que compraron en 2023 un total de 2,76 millones de toneladas y desembolsaron 8.900 millones de euros.
España, una potencia
Con estos datos, España es el segundo exportador mundial de este alimento, sólo por detrás de Estados Unidos, y es el tercer productor de cerdos, por detrás de China y EE.UU.
Sólo el año pasado produjo casi cinco millones de toneladas, de los que casi el 60 % fue a exportación.
Por comunidades autónomas, Cataluña es, sin duda, el centro neurálgico de la producción y de la industria asociada al cerdo blanco.
En esa comunidad se produce el 40 % del volumen anual de materia prima (casi dos millones de toneladas de carne y despojos) aunque seguida no muy de lejos por Aragón (algo más de un millón de toneladas), en tercera posición Castilla y León (608.000 toneladas en 2023) seguido por Castilla-La Mancha (369.000 toneladas), Murcia (335.000 toneladas) y Andalucía (284.000 toneladas).
Las principales autonomías productoras son también, a su vez, las principales exportadoras y, así, Cataluña exporta 1,42 millones de toneladas anuales, de las que el 19 % va para China.
Ese 19 % a China se traduce en 0,27 millones de toneladas de cerdo y despojos, lo que supone que la mitad del cerdo que compra el gigante asiático a España procede de Cataluña.
La segunda potencia exportadora de cerdo es Aragón, que vendió el año pasado al exterior algo más de 734.000 toneladas; un 21 % de ese volumen fue para China también.
Ya descolgada de esas dos autonomías, se coloca en tercera posición Castilla-La Mancha, con más de 127.000 toneladas de cerdo vendidas al exterior el año pasado, de las que el 23 % fueron al gigante asiático.
China, por lo tanto, sigue siendo el cliente al que todo el sector del cerdo (blanco e ibérico) han dedicado sus esfuerzos en esta última década y ahora se abre esta incertidumbre y un conflicto comercial que puede acabar con subida de aranceles al cerdo europeo, lo que le restaría competitividad frente a competidores como Estados Unidos.