El BCE confirma sus planes de poner fin a la compra de bonos en el tercer trimestre
14.04.2022 15:29
FOTO DE ARCHIVO: El logotipo del Banco Central Europeo frente a su sede en Fráncfort, Alemania, el 8 de diciembre de 2016. REUTERS/Ralph Orlowski
Por Balazs Koranyi y Francesco Canepa
FRÁNCFORT, 14 abr (Reuters) -El Banco Central Europeo (BCE) mantuvo su política monetaria sin cambios el jueves, manteniendo sus planes de reducir lentamente los estímulos extraordinarios, mientras las preocupaciones sobre la inflación récord se imponen a la inquietud sobre una recesión relacionada con la guerra en Ucrania.
El BCE lleva meses reduciendo el ritmo de impresión de dinero, pero solo ha esbozado un calendario flexible para reducir los apoyos, haciendo hincapié en la flexibilidad, ya que el conflicto en Ucrania y los elevados precios de la energía podrían cambiar repentinamente las perspectivas.
El BCE confirmó su orientación anterior, indicando que planea reducir este trimestre las compras de bonos, comúnmente conocidas como flexibilización cuantitativa, y luego terminarlas en algún momento del tercer trimestre.
Sin embargo, los tipos de interés sólo subirán «algún tiempo» después del fin de las compras de bonos y lo harán de forma gradual, añadió el BCE.
«El consejo de gobierno consideró que los datos recibidos desde su última reunión refuerzan su expectativa de que las compras netas de activos en el marco del APP (programa ampliado de compras de activos) deberían concluir en el tercer trimestre», dijo el BCE en un comunicado.
El volumen de las compras de bonos en el tercer trimestre se determinará más adelante.
Entre los bancos centrales más cautelosos del mundo, el BCE va muy por detrás de casi todos los grandes bancos centrales, muchos de los cuales empezaron a subir los tipos el año pasado. Sólo en los dos últimos días, los bancos centrales de Canadá, Corea del Sur y Nueva Zelanda han aumentado el coste de los préstamos.
Por su parte, se espera que la Reserva Federal de Estados Unidos suba los tipos ocho veces o más en los próximos dos años, a la cabeza del endurecimiento de la política monetaria en todo el mundo.
«Cualquier ajuste de los tipos de interés de referencia del BCE tendrá lugar algún tiempo después del final de las compras netas del Consejo de Gobierno en el marco del APP y será gradual», añadió el BCE.
El BCE ha comprado casi 5 billones de euros de deuda pública y privada desde 2015, todo ello con el objetivo de reavivar la inflación, que estuvo por debajo del objetivo del 2% del banco durante años tras la crisis de deuda del bloque.
Sin embargo, la inflación se ha disparado inesperadamente en los últimos meses, dejando a los responsables políticos en un dilema al intentar conciliar dos fuerzas económicas opuestas.
Por un lado, la inflación se encuentra ya en un nivel récord del 7,5%, y se esperan nuevos aumentos. Por otro, la economía de la zona euro está estancada, en el mejor de los casos, y el impacto de la guerra está afectando a los hogares y las empresas de sus 19 países.
Antes de la reunión, un grupo de dirigentes del BCE de talante conservador en política monetaria, como los gobernadores de los bancos centrales de Alemania, Países Bajos, Austria y Bélgica, han defendido la necesidad de subir los tipos de interés, preocupados por la posibilidad de que la alta inflación se prolongue en exceso.
Además, las expectativas de inflación a largo plazo, un indicador clave de la credibilidad de la política monetaria, se han situado por encima del objetivo del 2% del BCE, aunque los salarios aún no han respondido a la subida de precios.
Es posible que la presidenta del BCE, Christine Lagarde, reconozca estas preocupaciones y señale con mayor firmeza que las ayudas se reducirán en los próximos meses.
Lagarde, que hablará a las 1230 GMT, podría indicar con mayor certeza que las compras de activos terminarán efectivamente el próximo trimestre, sugiriendo que el banco podría estar en posición de contemplar una subida de los tipos de interés en otoño.
El BCE ha mantenido su orientación formal de que cualquier subida de tipos se produciría «algún tiempo» después del fin de las compras de bonos, un plazo que ha dicho que podría consistir en semanas o meses.
Los mercados están pronosticando una subida acumulada este año de 70 puntos básicos en el tipo de depósito del BCE (actualmente en -0,5%), a pesar de que ninguno de los 25 responsables del BCE ha pedido un endurecimiento tan agresivo.
La cautela de los responsables políticos se ve alimentada por las perspectivas económicas, que se están deteriorando rápidamente.
Los precios de la energía, impulsados por la guerra de Ucrania, están agotando el ahorro de los hogares y la incertidumbre de la guerra está frenando la inversión empresarial. Los bancos también están restringiendo el acceso al crédito, como hacen tradicionalmente durante las guerras, lo que podría agravar la recesión.
Por su parte, los partidarios de la política monetaria expansiva sostienen que la inflación es, en su mayor parte, el resultado de las perturbaciones externas en el suministro, por lo que la inflación se reducirá naturalmente con el tiempo.
De hecho, los altos precios de la energía tienden a ser deflacionarios a largo plazo porque frenan el crecimiento, por lo que existe el riesgo de que la inflación de la zona euro vuelva a ser demasiado baja.
En vista de las dos fuerzas opuestas, es probable que el BCE sostenga que la inflación —su principal objetivo de política monetaria— es el mayor riesgo, aunque sus dirigentes seguirán introduciendo cambios graduales y estarán dispuestos a cambiar de rumbo en poco tiempo.
(Edición de Toby Chopra, Kenneth Maxwell y Catherine Evans; traducido por Tomás Cobos)