El cerco a la minería de criptomonedas continua ¿Por qué se están marchando los mineros de Kazajistán?
06.04.2022 17:50
El cerco a la minería de criptomonedas continua ¿Por qué se están marchando los mineros de Kazajistán?
Parece que los mineros de bitcoin se encuentran en una huída continua, o más bien, en una búsqueda de la energía más barata. Kazajistán se presentaba como la alternativa más lógica tras el veto del gobierno de China a la minería de criptomonedas. Muchos mineros se trasladaron allí con la expectativa de poder proseguir con sus actividades, pero ahora sus esperanzas se han visto truncadas y están buscando alternativas para poder continuar con sus actividades de minado por un coste de electricidad más asequible.
La prohibición de la minería en China
China, que fue tradicionalmente el país minero por excelencia, dio un golpe en la mesa y prohibió esta actividad que en la actualidad está castigada con penas de prisión. Kazajistán se presentó entonces como la alternativa ideal por su cercanía, que hacía fácil el traslado de las máquinas necesarias, además de contar con políticas favorables para la industria. Por si esto no fuese suficiente, su presidente, Kassym-Jomart Tokayev, dejó clara su intención de invertir 1.200 millones de dólares a lo largo de cinco años para atraer al sector de la minería de bitcoin. Por aquel entonces, la energía era barata y no existía una regulación al respecto en el país por lo que muchos mineros vieron en este destino una alternativa cripto amigable para los siguientes años. Sin embargo, pronto ha cambiado notablemente la situación para estos mineros de Bitcoin.
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Parece que en este caso lo bueno duró poco. Comenzaron a producirse cortes eléctricos y la demanda creció de manera considerable tras la llegada de los mineros (nada más y nada menos que un 7% por año), atrayendo la atención del Ministerio de Energía que no dudó en culparles. Es decir, la actitud del gobierno dio un giro total, además de subir los impuestos. Esto provocó que la energía saliese mucho más cara, y el tono del gobierno se volvió mucho más hostil cuando el ministro Bağdat Musin habló de “crimen económico” cuando se refirió a los mineros que no registraban su negocio. Esto, sumado a los cortes de internet, terminó por agravar una situación que cada vez se tornaba más complicada.