El conflicto en el este del Congo obliga a cerrar miles de escuelas
12.04.2023 10:59
© Reuters. Thomas Tumusifu Buregeya, de 22 años de edad, repara la tienda de su madre en el campamento para desplazads internacionales de la Cuenca del Congo en Goma, provincia de Kivu del Norte, República Democrática del Congo, el 6 de abril de 2023. REUTERS/Arl
Por Djaffar Al Katanty
KIHISI, República Democrática del Congo, 12 abr (Reuters) – Thomas Tumusifu Buregeya desearía estar estudiando para sus exámenes finales. En lugar de eso, se gana la vida a duras penas haciendo chapuzas en un campo de desplazados del este de la República Democrática del Congo, después de que una oleada de violencia de fuerzas rebeldes volviera a trastocar su vida.
Buregeya huyó de la ciudad de Kibumba con su familia en octubre, ante una nueva ofensiva del grupo rebelde M23. Es la tercera vez en 15 años que se ve obligado a escapar de su hogar y no ha podido estudiar en todo un año. Ahora tiene 22 años y sigue esperando terminar sus estudios.
«Cuando desde este campamento veo (…) estudiantes cerca de acabar como yo, me duele el corazón, me pregunto cuándo terminaré mis estudios, los años pasan», dijo.
Es uno de los 750.000 jóvenes congoleños cuya escolarización se ve actualmente interrumpida por la inseguridad en las provincias orientales de Kivu del Norte e Ituri, según estimó a finales de marzo la agencia de Naciones Unidas para la infancia (UNICEF, por sus siglas en inglés).
En el pequeño campamento situado junto a una iglesia evangélica a las afueras de Goma, la capital provincial, Buregeya pasa el tiempo apoyado contra la pared de hojalata de la iglesia o jugando a las cartas con amigos de la escuela, también desplazados de Kibumba.
Desde enero de 2022, unas 2.100 escuelas del este del Congo han tenido que cerrar a causa del conflicto armado, según UNICEF.
Los daños podrían ser duraderos. Sin acceso a la educación, los niños y los jóvenes pueden perder la oportunidad de desarrollar las habilidades necesarias para escapar de la pobreza y superar unas desesperadas condiciones económicas que contribuyen a alimentar los conflictos en lugares como el este del Congo, rico en minerales, según un informe de la ONU de 2011 sobre educación y conflictos armados.
Buregeya teme que se le esté acabando el tiempo.
«El sueño de mi vida era ir a la universidad después del instituto, buscar trabajo, ser profesor y ganarme la vida», afirma.
(Escrito por Sonia Rolley; edición de Alessandra Prentice y Alex Richardson; editado en español por Darío Fernández)