El Gobierno asegura que el sector alimentario sensible al Mercosur no sufrirá disrupción Por EFE
19.12.2024 12:07
Madrid, 19 dic (.).- El Gobierno español ha asegurado que los productos agroalimentarios más sensibles a los efectos del acuerdo de libre comercio UE-Mercosur no sufrirán disrupciones al haberse liberalizado pequeñas cantidades y de forma progresiva.
Fuentes del Gobierno han expuesto este jueves en una reunión informativa detalles sobre el fin de las negociaciones de este acuerdo, que es visto con especial recelo desde la Unión Europea por el sector del vacuno de carne, productos lácteos, carne de cerdo, de ave de corral, , arroz, etanol, miel o .
Las fuentes gubernamentales ponen como ejemplo que se liberaliza la importación desde el Mercosur de 60.000 toneladas de arroz, lo que representa entre el 1 y el 2 % del consumo en la UE.
Además, en el caso de que se produjese alguna disrupción, se activarán las cláusulas de salvaguarda pactadas.
Incluso en el caso de que toda esa normativa no fuese suficiente y algún producto comunitario sensible se viese afectado, la Comisión Europea quiere crear un fondo de compensación que recogerá el próximo marco financiero plurianual.
La cuantía rondaría los 1.000 millones de euros, según han detallado estas fuentes.
Los intereses comerciales ofensivos
Por otro lado, España estima que el pacto ofrece intereses comerciales ofensivos al aceite de oliva, al vino y al porcino; mientras que se beneficiará de la llegada de más barata (insumo importante para el ganado).
En el argumentario sobre el acuerdo UE-Mercosur para el sector agrario, facilitado a EFE, se detallan más aspectos sobre estos alimentos.
El acuerdo recoge, por ejemplo, la eliminación de aranceles de forma progresiva en 15 años para el aceite de oliva (actualmente tiene un arancel del 10 %); en el caso del aceite de orujo de oliva, la liberalización será en 4 años.
En el sector del vino, actualmente se aplican aranceles de hasta el 35 % a los vinos de la UE que entran en Mercosur, pero con el acuerdo se eliminarán progresivamente los aranceles para el vino embotellado (en ocho años).
Además, Mercosur eliminará los aranceles a la carne de cerdo y productos cárnicos producidos en la UE en un período entre 8 y 15 años, según los tipos de productos.
En sentido inverso, la UE irá aumentando progresivamente la cantidad que puede entrar con arancel reducido (hasta llegar a 25.000 toneladas anuales, de forma progresiva en 6 años); posteriormente, se liberalizará en 10 años.
Los más sensibles
En el lado opuesto están los productos más sensibles y, entre ellos, destaca el caso de la carne de vacuno: el acuerdo no otorga acceso libre de impuestos a la carne de vacuno del Mercosur, sólo incluye la entrada de 99.000 toneladas al año con un arancel del 7,5 %.
El 55 % del cupo consistirá en carne fresca o refrigerada y el 45 % en carne congelada de menor valor y son volúmenes que se introducirán gradualmente.
Este volumen con arancel reducido «apenas equivale a un solo filete por ciudadano europeo al año», apunta el argumentario.
En la carne de ave, la cantidad que la UE permitirá importar libre de aranceles es de 180.000 toneladas, que «apenas supone el 1,4 % del consumo de la UE».
En el sector de los cítricos se reducirán progresivamente los aranceles en el lado de la UE (en un plazo de 7 ó 10 años, según producto), pero Mercosur los eliminará desde el primer día.
Para el azúcar, no se creará un nuevo cupo para Brasil, pero sí habrá uno de 10.000 toneladas libre de aranceles únicamente para Paraguay.
Otros productos son la miel (el acuerdo abrirá un cupo de 45.000 toneladas libres de aranceles que se aplicará gradualmente durante 6 años), lo que supone menos del 10 % del consumo de la UE; mientras que se excluyen del pacto productos sensibles como la aceituna de mesa.
Controles sólidos en las fronteras
El Gobierno insiste en que el acuerdo UE-Mercosur no modifica las normas de seguridad alimentaria de la UE, se mantienen los exigentes requisitos en sanidad animal o uso de fitosanitarios y seguirán los «sólidos» controles en frontera a los productos.
Fuentes gubernamentales han reiterado que el acuerdo «no cambia nada, ni podrán ponerse en cuestión los estándares de seguridad y calidad alimentaria de la UE».
En cuanto a si recoge las reclamadas cláusulas espejo, estas fuentes creen que hay «algo de mitología» en ese asunto y es un «concepto no del todo bien definido», porque el acuerdo recoge «muchas disposiciones, se puedan llamar cláusulas espejo o no», que son «exigentes en materia como la sostenibilidad».
Las fuentes del Gobierno ven el acuerdo como un hito histórico de gran relevancia para ambos bloques y un logro significativo para la política comercial exterior de la UE en los próximos años.