El Gobierno francés renuncia al impuesto de la electricidad como le exigía Le Pen Por EFE
28.11.2024 18:14
París, 28 nov (.).- El primer ministro francés, Michel Barnier, ha anunciado este jueves que no se aplicará el impuesto sobre la electricidad que incluía su proyecto de presupuestos para 2025, respondiendo así a una de las medidas que le exigía la extrema derecha de Marine Le Pen para no votar una moción de censura.
«He decidido no aumentar las tasas sobre la electricidad en el proyecto de Presupuestos de 2025», ha indicado el jefe del Gobierno al diario Le Figaro.
De esta forma, Barnier responde a una de las exigencias de Le Pen para obtener su apoyo en la ley de presupuestos o, en su defecto, para que no censuren a su Ejecutivo tres meses después de su nombramiento.
El Gobierno contaba con reintroducir un impuesto sobre la electricidad eliminado para paliar la subida de la energía en los últimos años y de esa forma contribuir a la reducción del déficit con unos 3.000 millones de euros de recaudación esperada el año próximo.
Contaba con que la rebaja de los precios de la energía hiciera que, pese a todo, el consumidor no pagara más por la electricidad.
Según Barnier, la factura de la luz bajará un 14 % y no el 9 % inicialmente previsto con el impuesto que pensaba recuperar.
La medida fue bien acogida por la ultraderecha, pero la consideró insuficiente y recordó que hay otras «líneas rojas» para renunciar a votar una moción de censura.
Entre ellas figura la revalorización de las pensiones al nivel de la inflación desde el 1 de enero próximo, mantener las ayudas empresariales o seguir reembolsando medicamentos para los que el proyecto de presupuestos prevé que la Seguridad Social dejará de asumir sus costos.
Esas medidas figuraban en el proyecto de presupuestos de Barnier, que el pasado lunes recibió a Le Pen para acercar posturas, una reunión que ha levantado ampollas entre los otros grupos políticos.
La extrema derecha no quiere que, para controlar el déficit de las cuentas públicas, aumenten los impuestos.
Apuesta por disminuir los programas de ayuda médica a los emigrantes y recortar la contribución francesa a la Unión Europea, además de «otros ahorros estructurales».