El rey Carlos se compromete a seguir el ejemplo de Isabel II al ser proclamado monarca británico
10.09.2022 17:06
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El rey Carlos habla en el Consejo de Ascensión en el Palacio de St James, donde fue proclamado de manera formal nuevo monarca británico tras la muerte de Isabel II, en Londres, Reino Unido. 10 septiembre 2022. Victoria Jones/Pool vía Reuters
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Por Michael Holden y Kate Holton
LONDRES, 10 sep (Reuters) – El rey Carlos se comprometió el sábado a seguir el ejemplo de su difunta madre al ser proclamado de forma oficial como nuevo monarca de Reino Unido en una ceremonia histórica que contó con pompa, tradiciones centenarias y gritos de «Dios salve al rey».
La muerte el jueves de la reina Isabel a los 96 años, tras siete décadas en el trono, puso en marcha los planes, largamente establecidos y muy coreografiados, de varios días de luto nacional y un funeral de Estado que se celebrará en poco más de una semana.
Carlos, de 73 años, sucedió de manera inmediata a su madre, pero un Consejo de Ascensión se reunió el sábado en St James -el palacio real más antiguo del Reino Unido, construido por orden de Enrique VIII en la década de 1530- para proclamarlo rey.
El consejo -formado por los consejeros privados, cuya función centenaria es asesorar al monarca- incluye a su hijo y heredero Guillermo, a su esposa Camila y a la nueva primera ministra británica, Liz Truss, que firmó la proclamación de ascensión al trono.
Seis ex primeros ministros, obispos y varios políticos gritaron «Dios salve al rey» cuando se aprobó el anuncio.
«Soy profundamente consciente de esta gran herencia y de los deberes y las pesadas responsabilidades de la soberanía que ahora me han tocado», dijo Carlos.
«Al asumir estas responsabilidades, me esforzaré por seguir el inspirador ejemplo que se me ha dado en la defensa del gobierno constitucional y por buscar la paz, la armonía y la prosperidad de los pueblos de estas islas y de los reinos y territorios de la Commonwealth en todo el mundo», agregó.
Más tarde, en la Galería de la Proclamación, un balcón sobre el Friary Court del Palacio de St. James, el Rey de Armas Principal de la Jarretera, David White, acompañado por otras personas vestidas con trajes heráldicos dorados y rojos, leyó la Proclamación Principal, mientras sonaban las trompetas.
«Considerando que ha complacido a Dios todopoderoso llamar a su misericordia a nuestra difunta soberana, la reina Isabel II de bendita y gloriosa memoria, por cuyo fallecimiento la corona del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte, es única y legítimamente del príncipe Carlos Felipe Arturo Jorge», proclamó White.
Los soldados vestidos con los tradicionales uniformes escarlata gritaron «hip, hip, hurra» mientras White pedía tres vivas para el rey.
Centenares de personas a las que se permitió el acceso al lugar, entre ellas niños pequeños a hombros de sus padres, una mujer que llevaba flores y personas mayores en «scooters» de movilidad, observaron el acto. Muchos de ellos capturaron el momento con sus móviles.
POMPA REAL
Carlos es el monarca número 41 de una línea que se remonta al rey normando Guillermo el Conquistador, que se hizo con el trono inglés en 1066. Los actos del sábado reflejaron proclamaciones para anunciar nuevos reyes y reinas que se remontan a cientos de años atrás.
Fue la primera proclamación televisada de un monarca y, para la mayoría de los británicos, el primer acontecimiento de este tipo en su vida, ya que Isabel fue la única monarca que han conocido. El propio Carlos tenía sólo tres años cuando ella se convirtió en reina en 1952.
Tras los actos en St James, una banda militar condujo a soldados, heraldos y hombres con trajes ceremoniales que portaban estandartes y picas a través de la antigua City de Londres hasta el Royal Exchange, el primer centro comercial de la capital, que data de 1566, donde se leyó de nuevo la proclamación.
El anuncio también se pronunció en las otras capitales del Reino Unido: Edimburgo en Escocia, Belfast en Irlanda del Norte y Cardiff en Gales.
La muerte de Isabel, la monarca británica más longeva, generó una avalancha de homenajes en todo el mundo. Edificios y monumentos de Europa, América y África se iluminaron con el rojo, el blanco y el azul del Reino Unido.
En el Parlamento, los legisladores se alinearon para jurar lealtad al nuevo rey, encabezados por el presidente de la Cámara de los Comunes, Lindsay Hoyle, y con Truss como una de las primeras en hacerlo.
«Juro por Dios Todopoderoso que seré fiel y guardaré verdadera lealtad a Su Majestad el Rey Carlos, a sus herederos y sucesores según la ley, con la ayuda de Dios», decía el juramento.
La gente comenzó a reunirse de nuevo el sábado frente a los palacios reales, con miles de personas acudiendo a Buckingham para presentar sus respetos a la reina y a Carlos. En el exterior del remoto castillo escocés de Balmoral, en lo más profundo de las tierras altas de Escocia, una cola de personas que esperaban para depositar flores recorría más de 500 metros.
«Es un momento conmovedor en la historia de nuestro país», dijo el director de diseño Ian Bilboe, de 54 años. «(Estamos) aquí para formar parte de eso y mostrar respeto a la difunta reina y también al nuevo rey».
Carlos es rey y jefe de Estado no solo del Reino Unido, sino también de otros 14 territorios, como Australia, Canadá, Jamaica, Nueva Zelanda y Papúa Nueva Guinea.
LA ABUELA DE LA NACIÓN
Londres declaró un periodo de luto hasta el funeral de Estado por Isabel, a la que su nieto Enrique describió en su día como «la abuela de la nación».
No se ha anunciado la fecha, pero se espera que sea dentro de poco más de una semana, y Carlos anunció el sábado que sería un día festivo.
Se espera que líderes de todo el mundo acudan a Londres para el funeral, incluido el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, que dijo el viernes que asistiría.
La coronación de Carlos como rey tendrá lugar en una fecha posterior, y el calendario para ello aún no está claro. Hubo un intervalo de 16 meses entre el momento en que Isabel se convirtió en reina y su coronación en 1953.
(Reporte adicional de Muvija M en Londres y Andrew MacAskill en Balmoral, Escocia; editado en español por Carlos Serrano)