Entierran al borde de una carretera a obrero ucraniano al que mataron en Bucha
06.04.2022 01:20
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Serhii Lahovskyi, de 26 años, llora junto al cuerpo de su amigo Ihor Lytvynenko, quien según los residentes fue asesinado por soldados rusos, después de que lo encontraron junto al sótano de un edificio, en medio de la invasión rusa de Ucrania, en Bu
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Por Simon Gardner
BUCHA, Ucrania, 5 abr (Reuters) – Serhii Lahovskyi, solloza incontroladamente, abraza el cadáver amortajado de su mejor amigo de la infancia, que desapareció cuando las tropas rusas ocuparon la ciudad ucraniana de Bucha, cerca de Kiev, y que fue encontrado en el ojo de una escalera muerto de un disparo en la cabeza.
Igor Litvinenko tenía los ojos vidriosos y entreabiertos, vetas de sangre negra y carmesí en la cara que le bajaban hasta los labios por el orificio de salida de un disparo a muy corta distancia que le abrió el cráneo. Fue encontrado por los habitantes de la zona pocos días antes de su trigésimo cumpleaños.
Coágulos de sangre seca llenaban sus fosas nasales y su torso estaba cubierto de ronchas rojas, que Lahovskyi cree que fueron el resultado de una paliza. Fue arrojado junto a otro hombre, al que encontraron mutilado. Su esposa y otros residentes dijeron que había sido hecho prisionero por las tropas rusas que invadieron Ucrania.
Reuters no pudo verificar de forma independiente los detalles de los relatos.
Litvinenko estaba visitando a su madre para llevarle comida cuando desapareció.
«¿Por qué estos animales le dispararon así?», dijo Lahovskyi el martes, con los ojos muy abiertos y enrojecidos, gesticulando con la mano para decir que habían sido los mejores amigos desde críos. «Esto no es Rusia, esto es un monstruo».
«A bocajarro. ¿Por qué era necesario? Dígamelo, por favor».
Él y otros residentes de un complejo de viviendas en la devastada ciudad de Bucha, donde Reuters ha encontrado un rastro de lo que las autoridades dicen que son ejecuciones extrajudiciales desde que las tropas rusas se retiraron la semana pasada, cogieron palas y cavaron una tumba poco profunda en un trozo de hierba junto a un bloque de viviendas.
Luego transportaron el cuerpo sobre una alfombra, la colocaron en la zanja, la doblaron sobre él y lo cubrieron con tablas de madera, antes taparlo con tierra.
Tras cavar la tumba y sacudir la cabeza con consternación, el cerrajero local Urii Churachenko se agachó y colocó dos cigarrillos en la tierra en un gesto de amistad.
«Lo conozco desde la infancia», dijo. «Hemos vivido todo juntos, es nuestro colega, nuestro hermano de armas. Que ardan en el infierno. Nada más».
Reuters ha visto al menos cuatro víctimas con disparos en la cabeza en Bucha, una de ellas con las manos atadas a la espalda.
Los residentes han relatado otros casos de ejecuciones, algunos con disparos a los ojos y uno aparentemente golpeado hasta la muerte y mutilado.
Las autoridades dicen haber encontrado más de 300 muertos hasta ahora.
Las autoridades ucranianas acusan que Rusia ha cometido un genocidio y han pedido una investigación al Tribunal Penal Internacional.
El Kremlin rechaza las acusaciones y dice que son propaganda. El embajador ruso ante la ONU, Vassily Nebenzia, declaró el martes ante el Consejo de Seguridad que las tropas rusas no están atacando a los civiles, y desestimó las acusaciones de abuso como mentiras.
Nebenzia dijo que mientras Bucha estuvo bajo control ruso «ni un solo civil sufrió ningún tipo de violencia».
En Bucha, Liudmyla Verhinska lloró al relatar cómo descubrió que mataron a su hijo de 32 años de un disparo en el ojo. Trabajaba en la unidad antiterrorista y ahora está enterrado bajo otro pequeño trozo de hierba cerca del complejo de viviendas.
«Fue sólo a sacar la basura y le dispararon. Después de siete días, lo encontré», dijo. «Y hoy he encontrado a su amigo (…) ¿Qué más puedo decir?».
(Reporte de Simon Gardner; reporte adicional de Zohra Bensemra y Ivan Lubysh-Kirdey; Editado en español por Javier López de Lérida)