Fidelity: El ‘gran tablero mundial’ se reconfigura; ojo a la estanflación
26.04.2022 14:59
Investing.com – «La guerra entre Rusia y Ucrania removerá los cimientos del orden mundial (o el “gran tablero mundial”), tanto en el plano económico como geopolítico. A corto plazo, la crisis comercial y financiera provocada por el conflicto y las sanciones derivadas de este están agravando las presiones inflacionistas en todo el mundo», señala Andrew McCaffery, CIO Global de gestión de activos de Fidelity International.
El “gran tablero mundial” es una teoría presentada por el politólogo y asesor presidencial polaco estadounidense Zbigniew Brzezinski que describe las dinámicas de poder de la región euroasiática en la era de la Guerra Fría.
El golpe que asestará al crecimiento y a la confianza en general probablemente sea significativo, pero su magnitud y su duración son inciertas. Europa es la región más expuesta, ya que es muy probable que, al menos, se produzca una recesión moderada. Aunque EE.UU. está relativamente aislado por ahora, tampoco es inmune, especialmente frente a los efectos inflacionistas de la guerra, señala este experto.
Las interdependencias en materia de energía y recursos están evolucionando hacia lo que seguramente será un ajuste mundial plurianual que tendrá implicaciones en múltiples clases de activos.
Así, en Fidelity apuntan 3 temáticas dominantes en este segundo trimestre. Este es su informe:
1. Los plazos de la guerra de Ucrania afectarán a los resultados económicos
La guerra en Ucrania ya ha causado un daño económico considerable y continuará dando forma a las perspectivas a corto plazo de la economía mundial, sobre todo en Europa. Las evoluciones de este trimestre estarán en gran medida influenciadas por los plazos para la resolución del conflicto y la relajación de las alteraciones del comercio.
Entretanto, se ha disipado cualquier esperanza de moderación en los precios de la energía y en las perturbaciones de las cadenas de suministro. Además, estas dinámicas seguirán lastrando el crecimiento y presionando al alza la ya elevada inflación.
Se trata de un panorama extremadamente complejo, tanto para los responsables políticos como para los mercados. Creemos que el mercado aún no refleja el amplio abanico de posibles desenlaces, que comprenden riesgos de sucesos extremos tanto negativos como positivos. Somos partidarios de la agilidad y del uso de coberturas, cuando proceda.
2. El retorno de Volcker
La segunda cuestión principal para los mercados de cara a este trimestre y el resto del año es el desafío al que se enfrentan los bancos centrales para frenar la inflación, en vista de la nueva coyuntura geopolítica y económica. Los tres principales bancos centrales de los mercados desarrollados han virado con decisión hacia un discurso restrictivo. En EE.UU., la Reserva Federal echó mano de la figura del expresidente Volcker -que controló la inflación en la década de 1980- e inició una subida de tipos en marzo. Aunque esperamos que la Fed adelante las subidas de tipos y que el BCE continúe con su discurso restrictivo, creemos que la crisis de crecimiento motivada por la guerra y la necesidad de mantener los tipos reales en negativo provocarán un viraje expansivo a mediados de año.
Todo ello podría suponer un trimestre complicado para los activos de riesgo de los mercados desarrollados. Abogamos por posicionarnos ante la alta probabilidad de estanflación en los mercados desarrollados, con una recesión en Europa como hipótesis de referencia. Es crucial llevar a cabo una gestión cuidadosa de los activos de riesgo en este punto.
3. Las condiciones favorecen el mejor comportamiento relativo de China, pero no estamos en 2008
China podría ser un elemento diversificador útil. La región, que se encuentra muy alejada geográfica y económicamente del conflicto, se beneficia de una posible relajación monetaria y presupuestaria y ofrece valoraciones de partida más atractivas.
Al mismo tiempo, la incertidumbre se mantiene en niveles elevados. Los objetivos de las autoridades chinas se centran en la reducción del endeudamiento, la reforma del sector inmobiliario y el crecimiento sostenible. A este respecto, sus perspectivas parecen ser ahora menos claras de lo que fueron en 2008 durante la crisis financiera mundial. No creemos que China vuelva a ser el comodín que saque a la economía mundial de su trayectoria estanflacionista a golpe de gasto público.
Temáticas principales e implicaciones para la inversión por clase de activos
Renta variable
Creemos que centrarnos en empresas de alta calidad, en lugar de la selección de sectores, es la mejor estrategia en vista del aumento de los riesgos geopolíticos y estanflacionistas. Las compañías que cuenten con poder de fijación de precios y la capacidad de proteger sus márgenes deberían comportarse relativamente mejor en este entorno. La renta variable debería seguir ofreciendo una fuente de rentas sólida ahora que se han saneado los balances después de dejar atrás lo peor de la pandemia.
Somos cautos en relación con Europa en vista del riesgo de recesión que existe en la región, pero vemos potencial para diversificar en algunos mercados emergentes, especialmente en áreas que se benefician del incremento de los precios de las materias primas. Algunas áreas del mercado chino parecen baratas, a pesar de que la volatilidad es muy elevada y los riesgos de acontecimientos extremos han aumentado.
Renta fija
La estanflación supone un desafío, pero existen algunas áreas dentro de la renta fija que creemos que estarán mejor protegidas frente a la subida de tipos y la desaceleración del crecimiento. La inflación implícita debería seguir comportándose relativamente bien sobre la premisa de que las expectativas de inflación crecerán, y también somos optimistas sobre los bonos corporativos investment grade en euros, dadas sus características más defensivas y la mejoría de sus valoraciones.
Los inversores en renta fija no deberían preocuparse por la duración. La subida de los rendimientos nominales se verá probablemente limitada por las restricciones que imponen las refinanciaciones de deuda, por las acciones de los bancos centrales y por la demanda de activos refugio. Creemos que es poco probable que el BCE suba los tipos en 2022 (a pesar del tono restrictivo que adoptó en marzo) y, por lo tanto, consideramos que la duración del núcleo europeo es atractiva. Somos más cautos sobre China: el mercado inmobiliario sigue preocupando y prevemos más volatilidad en el futuro.
Multiactivos
Dada la incertidumbre a corto plazo en torno al crecimiento mundial, mantenemos una infraponderación tanto en deuda corporativa como en renta variable. Somos especialmente cautos en lo que se refiere a la renta variable europea y al euro, en vista de la probabilidad de recesión en Europa.
Mantenemos una visión más positiva sobre la renta variable emergente, como China, y las bolsas de Asia-Pacífico menos Japón, así como en determinadas monedas emergentes, dado el potencial de diversificación y el posible apoyo a los exportadores de materias primas. Finalmente, poseemos posiciones largas en USD y esperamos que los diferenciales de los tipos de interés sostengan al dólar, porque la Reserva Federal sigue con la vista puesta en la inflación y por sus características defensivas, que brindan protección en caso de que las condiciones se deterioren.
Conclusión
En definitiva, los riesgos de estanflación se han intensificado, dado que la guerra en Ucrania ha alterado la trayectoria de crecimiento mundial, principalmente en Europa, y los efectos de contagio dependen de la evolución y los plazos para una resolución. El conflicto también ha agravado las presiones inflacionistas y ha creado más dificultades, si cabe, para los responsables políticos. Hemos reducido el riesgo desde el comienzo de 2022 y nos hemos centrado en regiones, sectores y clases de activos que ofrecen protección y rentas en un entorno muy incierto marcado por la desaceleración del crecimiento y la inflación al alza.