Francia acusa a Rusia por suministro de gas mientras se avecina el cierre de Nord Stream
30.08.2022 20:17
Imagen de archivo de señales de advertencia delante de la estación de compresión de gas, una parte de la sección polaca del gasoducto Yamal que une Rusia con Europa occidental y que es propiedad de una empresa conjunta de Gazprom y PGNiG, pero que es
Por Dominique Vidalon
PARÍS, 30 ago (Reuters) – Francia acusó el martes a Moscú de utilizar el suministro de energía como «arma de guerra» después de que la empresa rusa Gazprom (MCX:GAZP) redujo las entregas a un importante cliente francés y anunció el cierre de su principal gasoducto a Alemania durante tres días esta semana.
Los gobiernos europeos intentan coordinar una respuesta al aumento de los costes energéticos para las empresas y los hogares y llenar las instalaciones de almacenamiento antes del pico de demanda del invierno boreal.
Los países occidentales temen que Moscú esté subiendo deliberadamente los precios del gas para intentar debilitar su oposición a la invasión de Ucrania, una táctica que el presidente ucraniano Volodímir Zelenski calificó el lunes de «terrorismo económico». Moscú niega la acusación.
El Nord Stream 1, el principal conducto de gas ruso hacia Europa, se ha convertido en un punto álgido de la disputa. Europa se enfrenta a un nuevo recorte de los suministros esta semana, ya que Gazprom cerrará el gasoducto por mantenimiento desde el miércoles hasta la madrugada del sábado.
El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, dijo que los problemas tecnológicos causados por las sanciones occidentales a Rusia son lo único que impide el suministro de gas a través de Nord Stream 1.
Sin embargo, la ministra francesa de Transición Energética, Agnes Pannier-Runacher, afirmó que «está claro que Rusia está utilizando el gas como arma de guerra y debemos prepararnos para el peor de los escenarios, el de una interrupción total de los suministros».
La ministra habló a la radio France Inter después de que la empresa francesa Engie (EPA:ENGIE) dijo que recibirá menos gas de Gazprom a partir del martes debido a una disputa contractual no especificada.
Rusia ha estado bombeando gas a través de Nord Stream 1 sólo al 20% de su capacidad y se teme que el corte de esta semana pueda prolongarse.
A la pregunta de si hay garantías de que Gazprom reanudará el flujo de gas a través de Nord Stream 1, Peskov respondió: «Hay garantías de que, aparte de los problemas tecnológicos causados por las sanciones, nada obstaculiza los suministros».
Los ministros de Energía de la UE celebrarán una reunión de urgencia el 9 de septiembre para tratar la crisis.
Alemania, la mayor economía de Europa, está abierta a discutir un plan de limitación de precios en el suministro de gas a nivel europeo, dijo una fuente en Italia, citando un mensaje de texto que el ministro de Economía germano envió a sus colegas de todo el bloque.
El primer ministro italiano, Mario Draghi, ha presionado para que se establezca un tope de precios y también ha pedido que se desvincule el costo de la electricidad del precio del gas. Esta medida permitiría a los hogares europeos beneficiarse de la electricidad producida a partir de fuentes más baratas, como las renovables.
El director ejecutivo de la empresa energética alemana Wintershall Dea dijo el martes que los actuales niveles de precios significan que la demanda de gas caerá a largo plazo.
«Los precios que tenemos actualmente son demenciales. No es algo que busque ni siquiera un productor de gas, porque al final vamos a destruir masivamente la demanda de nuestro producto», dijo Mario Mehren a los periodistas al margen de una conferencia en Noruega.
Los precios de referencia del gas neerlandés al por mayor subieron el martes por la tarde tras un retroceso inicial. El contrato de gas para el primer mes subió un 1,5%, a 271 euros/MWh, por debajo de los máximos históricos de la semana pasada, pero todavía a niveles más de cinco veces superiores a los de hace un año.
(Reporte de Dominique Vidalon y Richard Lough en París, Giuseppe Fonte en Roma, Federico Maccioni en Milán, Holger Hansen en Berlín, Susanna Twidale en Londres, Vera Eckert en Fráncfort y Nora Buli en Stavanger; escrito por Keith Weir; editado en español por Darío Fernández, Benjamín Mejías y Carlos Serrano)