Hallazgo de restos de una cirugía contra el cáncer de hace 4.000 años en Egipto Por Euronews
30.05.2024 17:04
Dos cráneos del Antiguo Egipto conservados en la Universidad de Cambridge podrían ser los primeros indicios conocidos de un tratamiento contra el cáncer.
Según un nuevo estudio publicado en la revista científica ‘Frontiers in Medicine’, unos finos cortes en uno de los restos, fechado hace unos 4.000 años, podrían ser signos de una intervención quirúrgica para extirpar el cáncer o una «exploración médica post mortem».
Se cree que el cráneo perteneció a un hombre de entre 30 y 35 años que vivió entre 2.686 y 2.345 a.C., más o menos la misma época en que se construyó la Gran Pirámide de Guiza.
Los segundos restos datan de entre 664 y 343 a.C. y pertenecieron a una mujer de más de 50 años que sobrevivió a una fractura de cráneo y sufrió un tumor. Los científicos incluyeron el cráneo en su estudio porque atestigua el nivel de cuidados que los egipcios eran capaces de ofrecer a los heridos o enfermos.
El equipo descubrió las marcas de corte y analizó el segundo cráneo mediante microscopía 3D de alta resolución.
Se cree que el cráneo perteneció a un hombre que vivió en la misma época en que se construyó la Gran Pirámide de Guiza.
Tondini, Isidro, Camarós, 2024
«La confrontación de dos elementos potenciales representados por dos tipos diferentes de lesiones representa (…) un hito en la historia de la medicina», escribieron los autores Tatiana Tondini, Albert Isidro y Edgard Camarós.
El antiguo Egipto posee una de las «bases de conocimientos médicos más avanzadas» de la Antigüedad, con restos humanos bien conservados y papiros que ofrecen una visión de las prácticas sanitarias de la época.
Los científicos ya han encontrado pruebas de prótesis, empastes dentales y fracturas curadas. Los investigadores también creen que la medicina del antiguo Egipto era «lo suficientemente avanzada como para describir, clasificar y tratar con éxito enfermedades específicas y lesiones traumáticas, incluidos los traumatismos óseos».
Aunque ya se habían encontrado casos de cáncer en restos humanos, el más antiguo data de hace 1,7 millones de años, este análisis arroja una nueva luz sobre la enfermedad.
Según los autores, estos hallazgos refuerzan la idea de que «el cáncer era mucho más frecuente de lo que se suponía». Aún así, su investigación requiere cautela, ya que destacan que su trabajo se basa en «restos óseos incompletos», sólo incluye a dos individuos y no utiliza análisis moleculares.