H&M cierra su tienda insignia en Shanghái, lastrada por el COVID y el boicot de algunos consumidores
24.06.2022 15:19
FOTO DE ARCHIVO: Una mujer, con mascarilla, en medio de la pandemia de la enfermedad del coronavirus (COVID-19), pasa por delante de una tienda insignia cerrada del minorista de moda sueco H&M en Shanghái, China, el 24 de junio de 2022. REUTERS/Casey Hal
SHANGHÁI, 24 jun (Reuters) – H&M (ST:HMb) ha cerrado su tienda insignia en Shanghái, su último cierre en China, donde la demanda de los consumidores se ha desplomado en medio de los confinamientos del COVID-19 y el minorista de moda rápida se ha visto afectado por el rechazo a las empresas que se niegan a utilizar algodón de Xinjiang.
A pesar de haber abierto sus puertas a principios de este mes, el edificio de tres plantas en el centro de Shanghái echó el cierre el viernes y desapareció el rótulo de H&M.
El segundo minorista de moda rápida del mundo entró en China en 2007 con la apertura de la tienda insignia de Shanghái y se expandió rápidamente. A principios del año pasado contaba con más de 500 tiendas en China continental, pero en su página web sólo figuran 376, incluida la tienda insignia de Shanghái.
La empresa declinó hacer comentarios, alegando el habitual periodo de inactividad en las comunicaciones antes del próximo informe de resultados, en este caso del primer semestre, que se dará a conocer el 29 de junio.
Aunque ya ha pasado casi un mes desde que Shanghái levantó el estricto confinamiento de dos meses, los consumidores aún no han vuelto a los centros comerciales en un número significativo.
Los consumidores chinos también se han alejado de sus productos después de que en 2021 saliera a la luz una carta en la que H&M expresaba su preocupación por las denuncias de trabajos forzados en la región de Xinjiang.
Otras marcas que han renegado públicamente del algodón de Xinjiang, como Zara, de Inditex (BME:ITX),, Nike (NYSE:NKE) y Adidas (ETR:ADSGN), también han sufrido con los cibernautas chinos que han pedido el boicot y con las celebridades chinas que se han negado a trabajar con ellas.
Muchos antiguos reclusos han declarado que fueron sometidos a formación ideológica y a abusos en los campos. China niega todas las acusaciones de abusos.
(Reporte de Casey Hall; edición de Miyoung Kim y Edwina Gibbs, traducido por José Muñoz en la redacción de Gdańsk)