La «batalla por el Dombás» es crítica para Rusia, según el Ministerio de Defensa británico
29.04.2022 11:30
2/2
Edificios de apartamentos fuertemente dañados durante el conflicto entre Ucrania y Rusia en la ciudad portuaria del sur de Mariúpol, Ucrania 28 de abril de 2022. Imagen tomada el 28 de abril de 2022. REUTERS/Alexander Ermochenko
2/2
Por Natalia Zinets
KIEV, 29 abr (Reuters) – La «batalla del Dombás» sigue siendo el principal objetivo estratégico de Rusia en Ucrania, dijo el viernes el Ministerio de Defensa británico, pero el Kremlin ha sufrido pérdidas significativas con ganancias territoriales limitadas.
Rusia retiró sus fuerzas de las afueras de Kiev el mes pasado tras fracasar en la toma de la capital en las etapas iniciales de su invasión del 24 de febrero y lanzó un ataque masivo en la región oriental de Ucrania, el Dombás.
Moscú considera que ganar la «batalla por el Dombás» es crucial si quiere lograr su objetivo declarado de asegurar el control de las regiones de Donetsk y Luhansk, dijo el Ministerio de Defensa británico.
«Los combates han sido especialmente intensos en torno a Lisichansk y Severodonetsk, con un intento de avance hacia el sur desde Izium hacia Sloviansk», dijo el ministerio en Twitter (NYSE:TWTR).
Debido a la fuerte resistencia ucraniana, los avances territoriales rusos han sido limitados y se han conseguido a un coste significativo, añadió el ministerio en el boletín periódico. Reuters no pudo verificar inmediatamente la información.
Algunos de los combates y bombardeos más intensos se han producido en el sur y el este de Ucrania, con el puerto meridional de Mariúpol asediado durante meses y en ruinas. Los habitantes que quedan y las fuerzas ucranianas se han refugiado bajo tierra en la planta siderúrgica de Azovstal.
La captura de Mariúpol uniría el territorio separatista prorruso con la región de Crimea que Moscú se anexionó en 2014.
El ayuntamiento de Mariúpol ha dicho que unos 100.000 residentes de la ciudad estaban «en peligro de muerte» debido a los bombardeos rusos y a las condiciones insalubres. Dijo que la escasez de agua potable y alimentos era «catastrófica».
Un asesor presidencial ucraniano dijo esta semana que Rusia estaba atacando la planta siderúrgica de Azovstal con bombas de fragmentación. Reuters no pudo verificar los detalles.
Los comandantes ucranianos de Azovstal han prometido no rendirse.
El Estado Mayor ucraniano dijo el viernes que Rusia estaba bombardeando las posiciones ucranianas a lo largo de la línea de frente en el sur y el este para evitar que se reagruparan. Dijo que Azovstal seguía incomunicada.
KIEV SIGUE SIENDO VULNERABLE
Dos misiles rusos alcanzaron Kiev durante una visita del jefe de las Naciones Unidas el jueves, dijeron representantes ucranianos, destacando la preocupación de que la capital sigue siendo vulnerable.
El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, dijo que las explosiones «demuestran que no debemos bajar la guardia. No debemos pensar que la guerra ha terminado».
El asalto de Moscú en el este atrajo el jueves nuevas promesas de Estados Unidos de ayuda militar y humanitaria para Ucrania.
Atendiendo a las reiteradas peticiones ucranianas de armamento más pesado, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, pidió al Congreso 33.000 millones de dólares para apoyar a Kiev, un enorme salto en la financiación que incluye más de 20.000 millones de dólares para armas, municiones y otras ayudas militares.
«Necesitamos este proyecto de ley para apoyar a Ucrania en su lucha por la libertad», dijo Biden. «El coste de esta lucha – no es barato – pero ceder a la agresión va a ser más costoso».
Putin califica las acciones de Moscú como una «operación militar especial» para desarmar a Ucrania, defender a los rusoparlantes de la persecución e impedir que Estados Unidos utilice el país para amenazar a Rusia.
Ucrania rechaza las afirmaciones de Putin sobre la persecución y dice que está luchando contra una apropiación de tierras al estilo imperial que ha arrasado ciudades ucranianas, ha obligado a más de 5 millones de personas a huir al extranjero y ha matado a miles de personas desde que comenzó la invasión el 24 de febrero.
Washington, que junto con sus aliados ha impuesto amplias sanciones a Moscú, espera que las fuerzas ucranianas no sólo puedan repeler el asalto de Rusia en el este, sino también debilitar su ejército para que no pueda seguir amenazando a los vecinos.
Rusia considera que las acciones de la OTAN equivalen a librar una «guerra por delegación» contra ella, y esta semana ha proferido una serie de amenazas de represalias no especificadas.
El miércoles cortó el suministro de gas a Polonia y Bulgaria después de que se negaran a pagar en rublos, lo que supone la respuesta más dura de Moscú a las sanciones económicas occidentales.
Rusia ha denunciado una serie de ataques ucranianos contra regiones rusas fronterizas con Ucrania y ha advertido de que dichos ataques corren el riesgo de una escalada significativa.
Ucrania no ha aceptado directamente la responsabilidad de los ataques dentro de Rusia, pero dice que los incidentes son una venganza. Rusia se ha molestado por las declaraciones de Reino Unido, miembro de la OTAN, de que es legítimo que Ucrania ataque la logística rusa.
«En Occidente están pidiendo abiertamente a Kiev que ataque a Rusia, incluso con el uso de armas recibidas de los países de la OTAN», dijo la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso, María Zajárova, a los periodistas en Moscú.
«No les aconsejo que pongan más a prueba nuestra paciencia».
La misión de Estados Unidos ante el organismo de seguridad de la OSCE dijo que el Kremlin podría intentar «referendos falsos» en las zonas del sur y el este que ha capturado desde la invasión del 24 de febrero, utilizando «un libro de jugadas muy trillado que roba de los capítulos más oscuros de la historia».
«Estos referendos falsificados e ilegítimos irán acompañados, sin duda, de una ola de abusos contra quienes intenten oponerse o socavar los planes de Moscú», dijo la misión estadounidense. No hubo comentarios inmediatos de Rusia.
(Información adicional de periodistas de Reuters; redacción de Rami Ayyub y Michael Perry; edición de Simon Cameron-Moore, traducido por José Muñoz en la redacción de Gdańsk)
