La CE es consciente de que volver a la austeridad sería imposible

Florencia (Italia), 5 may (.).- El comisario europeo de Asuntos Económicos y Monetarios, Paolo Gentiloni, reconoció este viernes que volver a proponer reglas de austeridad económica sería «imposible» al hablar sobre la propuesta de Bruselas para los Planes de Estabilidad de los miembros de Unión Europea (UE).

«Es crucial tener una actitud sobre las reglas fiscales que tome conciencia de que volver a proponer la austeridad sería imposible», indicó el político italiano durante la clausura del foro «El Estado de la Unión» que ha organizado la ciudad italiana de Florencia (norte).

Gentiloni defendió que la propuesta de la Comisión es «equilibrada» para cumplir con dos objetivos concretos: «reducir la deuda de forma gradual» y, al mismo tiempo, «ofrecer incentivos para un crecimiento sostenible».

«Hay consenso en que mantener las reglas actuales no es realista», dijo al ser preguntado por las diferencias entre los estados miembros de la UE.

Los países deberán enviar este mes de mayo sus Planes de Estabilidad a la Comisión, que en sus nuevas directrices abandona la relajación fiscal aprobada durante la pandemia y pide que el déficit público se sitúe como máximo en el 3 % del PIB nacional, además de corregir gradualmente los niveles de deuda.

Para el comisario será fácil alcanzar un acuerdo ya que, tras las medidas conjuntas tomadas por la pandemia y la guerra de Ucrania, las conversaciones de los estados miembros son «más fluidas».

«Es interesante que uno de los puntos de partida de esta reforma llegó de un documento presentado por dos países, España y Holanda, que normalmente estaban enfrentados en bloques diferentes», recordó antes de valorar el papel «excelente» de la ministra de Economía española, Nadia Calviño, y su homóloga holandesa, Sigrid Kaag.

Según Gentiloni, la austeridad impuesta por Bruselas tras la Gran Crisis del 2008 no terminó de cuajar, ya que, más allá de promover una» política fiscal prudente», la deuda siguió «aumentando» y la inversión «bajó año tras año».

Además, las potencias mundiales han entrado en una carrera de industrialización que provoca que Europa «necesite señales de que la deuda está en la trayectoria adecuada, al tiempo que generar incentivos para que se den inversiones».

«¿Puede Europa quedar fuera de esta carrera? Es imposible y la preocupación ante esto es muy clara porque supone un gran cambio para la UE», admitió al insistir en la necesidad de afrontar proyectos de manera común con el Fondo para la Soberanía Europea.

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