La centroderecha francesa lucha por sobrevivir tras la humillación electoral
11.04.2022 15:11
FOTO DE ARCHIVO: Valerie Pécresse, candidata del partido conservador Les Républicains a las elecciones presidenciales francesas de 2022, en el escenario tras los resultados parciales de la primera vuelta de las elecciones presidenciales francesas de 202
Por John Irish
PARÍS, 11 abr (Reuters) – Iba a ser malo. Resultó ser peor. La conservadora Valérie Pécresse obtuvo un resultado inferior al 5% en la primera vuelta de las elecciones presidenciales francesas, el resultado más bajo de la historia moderna del centro-derecha y que pone en peligro su supervivencia.
Cuando las primeras proyecciones aparecieron al cierre de los colegios electorales, los partidarios de Pécresse se quedaron atónitos: «¿Y ahora qué?»
Hace sólo una década, Nicolas Sarkozy se preparaba para presentarse a un segundo mandato tras casi 17 años de Gobierno de centro-derecha en Francia.
Ahora, la existencia del partido Les Républicains está amenazada después de que sus votantes se hayan decantado por el actual presidente Emmanuel Macron, la candidata de extrema derecha Marine Le Pen y el nuevo candidato también de extrema derecha Eric Zemmour, al no ver valor en votar por la derecha tradicional.
«Tuve que luchar en dos frentes, entre el presidente saliente y los extremos que se aliaron para dividir y vencer a la derecha republicana», dijo Pécresse en su discurso de derrota, añadiendo que votaría a Macron en la segunda vuelta del 24 de abril. «El voto táctico ganó la partida».
El partido, que al final de la noche no había conseguido ni siquiera el 5% para garantizar el reembolso parcial de sus gastos de campaña, ha luchado por seguir siendo relevante desde que Macron llegó a la presidencia en 2017.
El actual presidente fue capaz de dinamitar el partido socialista, que también obtuvo unos bajos niveles de apoyo récord el domingo 10 años después de que François Hollande ganara la presidencia en 2012, y captar una parte de los partidarios de centro-derecha, ya que prometió una oferta política ni de izquierdas ni de derechas.
Sus políticas económicas se solapan con las de ellos y, como ha tratado de desviar votos de la derecha endureciendo su postura en materia de seguridad e inmigración en los últimos 18 meses, eso ha dividido cada vez más a los votantes y políticos de centro-derecha, que han sido incapaces de encontrar una visión clara para su partido.
Las divisiones eran evidentes antes de las elecciones del domingo, ya que más conservadores, como el presidente de la región del sureste, Renaud Muselier, y el exministro de Finanzas de Sarkozy, Eric Woerth, abandonaron el partido. Otros desertaron hacia Le Pen.
Esa división volvió a quedar clara el domingo por la noche. Mientras Pécresse y otros pesos pesados como la exministra de Justicia Rachida Dati pedían el voto para Macron para bloquear a la extrema derecha en la segunda vuelta, otros como el segundo clasificado en las primarias del partido Eric Ciotti dejaban claro que no podía votar por él.
Un sondeo de IPSOS sobre el recuento de votos en la segunda vuelta mostraba una división en tres partes de los votantes de Pécresse entre Macron, Le Pen y abstenciones.
«Lo estamos pagando (…) porque hemos intentado posicionarnos en el centro», dijo el legislador de Les Républicains Julien Aubert, añadiendo que no votaría a Macron. «Nos amenazan con reducirnos a casi nada».
QUE SE VAYAN LOS COBARDES
El secretario general, Aurélien Pradié, dijo que la escasa participación debería aclarar el camino a seguir.
«Los cobardes se irán a un lado o a otro. Que se vayan y que dejen al resto la tarea de elaborar un mensaje político», dijo.
Para algunos activistas del partido, la prioridad inmediata son las elecciones legislativas de junio, en las que el partido buscará salvar a sus 101 diputados. Para otros, la prioridad es más a largo plazo: sus ojos ya están puestos en la próxima carrera presidencial.
«No creo que nuestro partido se hunda… Si Le Pen pierde está acabada y si Macron gana será su último mandato, así que en 2027 habrá necesidad de algo nuevo y tendremos que estar preparados», dijo a la prensa Florence Portelli, portavoz de Pécresse, añadiendo que no quería un acercamiento a Macron.
Muchos de los activistas del partido con los que habló Reuters insistieron en que el partido no estaba muerto.
Les Républicains todavía gobiernan muchos de los ayuntamientos y autoridades locales de Francia, lo que le da una importante huella política que el propio partido de Macron ha luchado por construir.
La esperanza es que, si Macron ganara el 24 de abril, tendría que luchar para conseguir una mayoría parlamentaria. Algunos en el partido creen que Macron necesitará el centro derecha para construir una especie de coalición.
(Información adicional de Elizabeth Pineau; edición de Alison Williams, traducido por José Muñoz en la redacción de Gdańsk)