La inflación de la zona euro alcanza otro récord y lo peor está por llegar
01.04.2022 13:00
FOTO DE ARCHIVO: Un comprador paga con un billete de 5 euros en un mercado de Niza, Francia, el 3 de abril de 2019. REUTERS/Eric Gaillard
FRÁNCFORT, 1 abr (Reuters) – La inflación de la zona euro se disparó hasta el 7,5% en marzo, alcanzando otro récord cuando aún faltan meses para que alcance su pico, lo que supone malas noticias para el Banco Central Europeo, que debe conciliar unos precios desorbitados con un crecimiento económico que pierde gas.
El crecimiento de los precios al consumo en los 19 países que comparten el euro se aceleró desde el 5,9% en febrero, según informó Eurostat el viernes, muy por encima de las expectativas del 6,6%, ya que la guerra en Ucrania y las sanciones a Rusia llevaron los precios de los combustibles y el gas natural a máximos históricos.
Aunque la energía fue la principal responsable, la inflación de los precios de los alimentos, los servicios y los bienes duraderos se situó por encima del objetivo del BCE del 2%, una prueba más de que el crecimiento de los precios es cada vez más amplio y no sólo un reflejo del petróleo caro.
Los precios subyacentes, que excluyen los volátiles precios de la energía y los alimentos, también se aceleraron, lo que aumenta el riesgo de que la alta inflación se consolide, un fenómeno difícil de revertir.
La inflación que excluye los precios de los alimentos y el combustible, vigilada de cerca por el BCE, aumentó desde el 2,9% al 3,2%, mientras que una medida más limitada que también excluye el alcohol y los productos del tabaco saltó del 2,7% al 3,0%.
Todo esto deja al BCE ante un difícil dilema.
Su principal tarea es conseguir que la inflación llegue al 2%, pero endurecer la política ahora supondría el riesgo de hundir una economía que ya se está tambaleando por las consecuencias de la guerra en un país vecino y el impacto persistente de la pandemia del COVID-19
El BCE estima que el crecimiento del primer trimestre fue positivo, pero apenas, mientras que el crecimiento del segundo trimestre será casi nulo, ya que los altos precios de la energía dañan el consumo y perjudican la inversión empresarial.
El escenario actual sugiere que el bloque está cerca de un estado de estanflación, en el que la rápida inflación va unida al estancamiento del crecimiento.
Los altos precios de la energía son tradicionalmente un lastre para el crecimiento y, por lo tanto, pesarán en la inflación una vez que pase el pico inmediato, aumentando el riesgo de que el crecimiento de los precios vuelva a caer por debajo del objetivo.
Sin embargo, el BCE no puede ignorar la alta inflación, sobre todo porque dice que el pico está todavía a tres o cuatro meses vista.
El mercado laboral de la zona euro cuenta con los niveles de mano de obra disponible más reducidos de las últimas décadas, por lo que la inflación salarial, condición previa para la inflación de los consumidores duraderos, ya está en marcha. Y la inacción del BCE también impulsaría las expectativas de inflación, lo que probablemente haría más permanente el crecimiento de los precios.
El BCE ha subestimado el crecimiento de los precios durante todo el año pasado, por lo que su credibilidad está en juego.
La solución más probable será que el banco endurezca la política monetaria este año, pero con incrementos mínimos.
Los mercados prevén 63 puntos básicos de subidas de tipos para finales de año, pero los responsables de la política monetaria se han mostrado más cautelosos, y ninguno de ellos ha pedido movimientos tan grandes.
El riesgo, sin embargo, es que las grandes sorpresas en materia de inflación puedan obligar al BCE a endurecer los tipos más rápidamente.
(Reporte de Balazs Koranyi; edición de Catherine Evans, traducido por Tomás Cobos)