18.06.2022 23:19
Imagen ilustrativa. Xu Jinbai / Feature China / Future Publishing / Gettyimages.ru
La inversión extranjera directa (IED) de China en América Latina y el Caribe representó el 6,5 % en 2021, frente al 10,44 % de 2020 , informó este sábado South China Morning Post.
La culpa del descenso recayó en la fuerte rivalidad que se desencadenó entre Washington y Pekín el año pasado y el primer trimestre de este año, que «afectó en gran medida a los flujos de capital» de la economía china, indica un informe la Red de América Latina y el Caribe sobre China (RED ALC-China), un instituto de la Universidad Nacional Autónoma de México, citado por el medio.
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Los aranceles estadounidenses sobre las importaciones chinas, junto con las restricciones a las exportaciones de tecnología y al financiamiento de empresas del país asiático en el mercado de valores de EE.UU., fueron los factores que resultaron en un impacto negativo en la inversión.
Sin afectar a la Nueva Ruta de la Seda
Sin embargo, los analistas señalan que los números en rojo no afectaron a la iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI, por sus siglas en inglés), que continúa siendo una herramienta eficaz destinada a garantizar a China una buena participación en la región latinoamericana, mientras que Washington y sus aliados «no ofrecen alternativas viables». En ese contexto, aseguran que China sigue manteniendo lazos estrechos con América Latina y el Caribe, a la vez que no cesa una «enorme» demanda de desarrollo de infraestructura .
«Después del anuncio [de la Franja y la Ruta] en 2013, se reportaron proyectos de infraestructura entre China y América Latina por valor de más de 60.000 millones de dólares entre 2015 y 2020 «, indicó Kanyi Lui, socio de Pinsent Masons, una empresa jurídica internacional que se especializa en los sectores de energía e infraestructura, entre otros, con sede en Pekín.
A su vez, Enrique Dussel Peters, profesor de la Escuela de Graduados en Economía de la Universidad Nacional Autónoma de México, señala que la demanda de infraestructura en la región se puede considerar como «enorme», suponiendo un gasto de alrededor del 5 % del producto interno bruto (PIB) regional .
La Nueva Ruta de la Seda como ‘piedra de tropiezo’ en las relaciones entre China y EE.UU.
Los expertos precisaron que la notable presencia de Pekín en Latinoamérica y el Caribe genera la preocupación de Washington. El periódico menciona que China no tan solo aumentó las inversiones y los proyectos de infraestructura, sino que el comercio entre su país y la región latinoamericana superó los 400.000 millones de dólares en 2021 , frente a los 295.000 millones de dólares entre esa región y EE.UU.
«EE.UU. está claramente preocupado» , afirmó Otaviano Canuto, investigador principal del Centro de Políticas para el Nuevo Sur, con sede en Marruecos. «Pero las preocupaciones, la atención y el discurso no siempre se traducen en acciones e impacto si no van seguidos de recursos y otras oportunidades para que los países se beneficien económicamente. La retórica no es suficiente y los resultados reales importan», concluyó.
¿Qué son la Franja y la Ruta?
La Nueva Ruta de la Seda es la estrategia de China para estimular el flujo del comercio y las inversiones. Si bien en un primer momento la iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI, por sus siglas en inglés) se enfocó en Asia Central, posteriormente se ha expandido por África, Asia, Oriente Medio, Europa, América Latina y Oceanía.
El megaproyecto global chino tiene como objetivo impulsar la cooperación y la conectividad entre los distintos países a través de dos componentes principales: uno de carácter terrestre, la llamada Franja Económica de la Ruta de la Seda, y otro transoceánico, la denominada Ruta Marítima de la Seda .
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