Las ayudas públicas a los combustibles fósiles casi se duplicaron en 2022
01.12.2023 13:55
© Reuters. Las ayudas públicas a los combustibles fósiles casi se duplicaron en 2022
París, 1 dic (.).- Las ayudas públicas a los combustibles fósiles casi se duplicaron en 2022 respecto al año anterior con las medidas aplicadas por muchos gobiernos para tratar de atenuar el efecto de la crisis energética y de la inflación, sobre la base de los datos recopilados para 82 países.
La Agencia Internacional de la Energía (AIE) y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) estiman que el costo presupuestario de esas ayudas en esos 82 países fue el pasado año de 1,4813 billones de dólares, frente a los 769.500 millones de 2021.
En un comunicado publicado este viernes, las dos organizaciones atribuyen esa evolución a los dispositivos de los gobiernos para «compensar el tirón excepcional de los precios de la energía imputable en parte a la guerra de agresión rusa contra Ucrania».
La mayor subida en términos relativos se dio en el gas, con 447.000 millones de dólares en 2022, frente a los 205.000 millones un año antes.
Pero el combustible fósil al que fueron a parar más subvenciones fue el , con 519.000 millones de dólares, comparados con los 285.000 millones en 2021.
La electricidad generada con combustibles fósiles absorbió 472.000 millones, frente a 240.000 millones el año anterior, mientras el se llevó 36.000 millones en 2022, tras los 35.000 millones de 2021.
El 81 % de ese dinero estuvo dirigido hacia los consumidores (particulares y empresas), mientras que los productores de energías fósiles recibieron el 16 %. Un 3 % fue para los llamados servicios de interés general.
Las subvenciones al consumo dieron un salto del 116 % entre 2021 y 2022, hasta alcanzar 1,1 billones de dólares, lo que se explica por la escalada de precios en los mercados internacionales.
La OCDE y la AIE insisten en que hay que poner fin de forma progresiva a las «ayudas ineficaces a las energías fósiles» y reorientar el dinero público a soluciones para sustituirlas por otras que generen pocas emisiones de gases de efecto invernadero y al mismo tiempo mejorar la seguridad y la eficiencia energética.
En cualquier caso, hacen igualmente un llamamiento para que las ayudas sean selectivas y beneficien a «las personas que más las necesitan».
La razón es que cuando esos dispositivos no discriminan acaban beneficiando de forma desproporcionada a las familias con más ingresos, que son generalmente las que consumen más energía.
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