Las bolsas chinas, optimistas por el primer giro de Pekín en política monetaria en 14 años Por EFE
10.12.2024 06:28
Shanghái (China), 10 dic (.).- Los principales mercados de valores de China finalizaron en positivo la parte matinal de su sesión de este martes después de que las autoridades del país prometiesen una política monetaria «moderadamente flexible» en 2025, poniendo fin a 14 años de una postura «prudente».
Al descanso de la media sesión, el índice de referencia de la Bolsa de Hong Kong, el , ascendía un 1 %. Ayer, tras conocerse la noticia, repuntó un 2,76 %.
Los dos principales mercados de la parte continental de China, los de Shanghái y Shenzhen, llegaron al parón de mediodía con ganancias del 1,57 % y el 2,08 %, respectivamente. El índice que sigue a los 300 principales valores de esos parqués, el , subía un 1,9 %.
Este lunes, el Politburó, segundo escalafón de mando del Partido Comunista de China (PCCh), prometió políticas fiscales «más proactivas» y una «flexibilización moderada» en materia monetaria con el objetivo de «impulsar el consumo de forma enérgica» en 2025, apuntando como objetivos «expandir la demanda nacional» y «mejorar la eficiencia de la inversión».
En cualquier caso, y aunque Pekín prometió más «ajustes anticíclicos extraordinarios» y «enriquecer la ‘caja de herramientas’ política», el comunicado del Politburó también incidió en el principio de «buscar el progreso y mantener al mismo tiempo la estabilidad», haciendo hincapié en la reducción y prevención de riesgos en áreas clave de la economía.
«No habrá estímulos a gran escala»
Según Julian Evans-Pritchard, analista de la consultora británica Capital Economics, el lenguaje empleado en el documento «sugiere que la postura política seguirá siendo de apoyo, pero los que esperan un ‘big bang’ de estímulos probablemente acabarán decepcionados».
«Desaconsejamos interpretarlo como una confirmación de que se están preparando estímulos a gran escala», insiste el experto, que apunta que la última vez que China optó por una política monetaria «moderadamente flexible» fue en noviembre de 2008, ante la crisis financiera global, «un entorno obviamente muy diferente al actual».
En su opinión, el Banco Popular de China (BPC, banco central) podría acelerar sus recortes de tipos en 2025 y superar los 40 puntos básicos que su consultora predecía hasta ahora, aunque reitera que es «improbable» que lo hagan de forma «tan agresiva» como durante la crisis.
Además, Evans-Pritchard asegura que la política monetaria es hoy «mucho menos potente de lo que era» cuando la demanda de crédito era mayor que la oferta: «Actualmente, el apetito de los hogares y de gran parte del sector privado de asumir más deuda es limitado, incluso con tipos más bajos».
Apoyo fiscal
Esto supone, según Capital Economics, que la «carga de estimular la economía recaiga en la política fiscal», con el gran interrogante de cuánto estará dispuesto Pekín a ampliar el déficit el año que viene: «Creemos que estará entre un 1 y un 1,5 % del PIB, (…) pero, dados los vientos en contra que afronta la economía, será insuficiente para impulsar un repunte significativo».
El analista también considera que el lenguaje empleado sobre el consumo es «prometedor», pero apunta que no supone una gran diferencia frente a la llamada a «priorizar el impulso al consumo» que llevó a cabo el Politburó en julio, y recuerda que la proporción del gasto presupuestario dedicada a la inversión va camino de alcanzar su máximo desde 1987 este año.
Por su parte, la consultora Trivium China cree que el comunicado del Politburó «marca el tono» para un 2025 en el que «irá a mucho más» que este año: «Esperábamos un impulso importante al gasto fiscal y más recortes de tipos, y esto no hace sino confirmar que esas iniciativas son inminentes».
Quizá haya más detalles esta semana: se espera que este miércoles los líderes chinos den comienzo a la Conferencia Central de Trabajo Económico, una cumbre anual clave en la que tratarán, a puerta cerrada y previsiblemente durante dos días, los objetivos económicos para el próximo ejercicio, en el que China probablemente deberá afrontar además un recrudecimiento de la guerra comercial con Estados Unidos tras el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca.