Las condiciones para que China relaje su gestión del COVID-19 están desarrollándose: medios estatales
05.12.2022 03:35
© Reuters. La gente hace cola para hacerse una prueba de ácido nucleico mientras continúan los brotes de COVID-19 en Pekín, China. 4 de diciembre, 2022. REUTERS/Thomas Peter
PEKÍN, 5 dic (Reuters) – Las condiciones para que China relaje su gestión del COVID-19 como enfermedad contagiosa grave mejoran a medida que el coronavirus se debilita, informó el medio de comunicación estatal Yicai, uno de los primeros en plantear la idea.
Desde enero de 2020, China ha clasificado el COVID-19 como una enfermedad infecciosa de categoría B, pero la ha gestionado bajo los protocolos de categoría A, que dan a las autoridades locales el poder de poner a los pacientes y sus contactos cercanos en cuarentena y confinar las regiones afectadas.
Las enfermedades de categoría A en China incluyen la peste bubónica y el cólera, mientras que el SARS, el sida y el ántrax entran en la categoría B. Las enfermedades de categoría C incluyen la gripe, la lepra y las paperas.
Las enfermedades infecciosas como el COVID-19, que tienen una fuerte patogenicidad y una alta tasa de mortalidad, se clasifican en la categoría A o en la categoría B, pero se gestionan como categoría A.
Pero más del 95% de los casos en China son asintomáticos y leves, y la tasa de letalidad es muy baja. En estas circunstancias, mantener la gestión de categoría A no se ajusta a la ciencia, informó Yicai a última hora del domingo, citando a un experto en enfermedades infecciosas no identificado.
El COVID-19 podría ser degradada a la gestión de la categoría B o incluso a la categoría C, dijo el experto a Yicai.
Cualquier ajuste en la gestión de las enfermedades infecciosas por parte de la Comisión Nacional de Salud, la máxima autoridad sanitaria de China, requiere la aprobación del Consejo de Estado, o gabinete.
El viceprimer ministro Sun Chunlan declaró la semana pasada que China se enfrenta a «una nueva situación» a medida que se debilita la patogenicidad de la variante ómicron, convirtiéndose en el primer funcionario gubernamental de alto rango que reconoce públicamente que la capacidad de la nueva variante para causar enfermedades ha disminuido.
Desde su declaración, muchas ciudades importantes han empezado a levantar los confinamientos a gran escala, han reducido las pruebas PCR regulares y han puesto fin a los controles de los resultados negativos de PCR en espacios públicos como estaciones de metro y parques al aire libre.
(Reporte de Ryan Woo. Editado en Español por Ricardo Figueroa)