Las tropas ucranianas avanzan hacia Izium mientras los combates se intensifican en el Dombás
09.08.2022 09:52
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Agentes de policía trabajan junto a un coche destruido tras un ataque militar ruso, mientras continúa la invasión rusa de Ucrania, en Járkov, Ucrania 8 de agosto de 2022. REUTERS/Nacho Doce
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Por Natalia Zinets y Max Hunder
KIEV, 9 ago (Reuters) – Ucrania informó de intensos bombardeos rusos a través de las líneas del frente el martes, mientras ambas partes intercambiaban culpas por el ataque del fin de semana al complejo nuclear de Zaporiyia, que desató la preocupación internacional por un posible desastre atómico.
Se registraron intensos combates en las ciudades del frente cercanas a la ciudad oriental de Donetsk, donde las autoridades ucranianas dijeron que las tropas rusas estaban lanzando oleadas de ataques en su intento de hacerse con el control de la industrializada región del Dombás.
«La situación en la región es tensa: los bombardeos son constantes en toda la línea del frente () El enemigo también está utilizando mucho los ataques aéreos», dijo el gobernador regional de Donetsk, Pavlo Kirilenko, a la televisión ucraniana.
«El enemigo no está teniendo éxito. La región de Donetsk está resistiendo».
En los alrededores de Járkov, en el noreste, las tropas ucranianas capturaron la ciudad de Dovhenke a los ocupantes rusos y estaban avanzando hacia Izium, dijo el asesor presidencial ucraniano Oleksi Arestovich en un vídeo publicado en YouTube.
«La situación es muy interesante. Las fuerzas ucranianas avanzan con mucho éxito. Los intentos de Rusia por recuperar el terreno perdido no han tenido éxito. Es posible que Ucrania termine por rodearlas», dijo.
En el sureste, el puente clave Antonovsky sobre el río Dniéper, en la región de Jersón, volvió a ser objetivo de las fuerzas ucranianas que intentan interrumpir las líneas de suministro rusas.
Yuri Sobolevski, jefe adjunto del consejo regional de Jersón expulsado por las fuerzas de ocupación rusas, dijo en Telegram que el puente había sido seriamente dañado tras «acciones nocturnas».
Reuters no pudo verificar estas informaciones.
El subsecretario de Defensa de Estados Unidos, Colin Kahl, dijo el lunes que Rusia había sufrido entre 70.000 y 80.000 bajas, ya sean muertos o heridos, desde que comenzó su invasión de Ucrania el 24 de febrero. Rusia califica la guerra de «operación militar especial».
PLANTA NUCLEAR
El jefe de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, calificó el lunes de «suicida» cualquier ataque a una central nuclear y exigió que los inspectores nucleares de la ONU tengan acceso a Zaporiyia, el mayor complejo nuclear de este tipo en Europa.
Las fuerzas invasoras rusas se apoderaron de la región del sur de Ucrania donde se encuentra Zaporiyia en marzo, cuando el emplazamiento fue atacado sin que sus reactores sufrieran daños. La zona, incluida la ciudad de Jersón, es ahora el objetivo de una contraofensiva ucraniana.
Ucrania pidió que se desmilitarizara la zona alrededor del complejo y que se permitiera la entrada del Organismo Internacional de la Energía Atómica, el organismo de control nuclear de la ONU. Rusia dijo que también estaba a favor de una visita del OIEA, cuyo acceso acusó a Ucrania de bloquear.
Ambas partes se culparon mutuamente de los ataques del fin de semana en torno al complejo, que sigue siendo gestionado por técnicos ucranianos. Ucrania dijo que tres sensores de radiación fueron dañados y dos trabajadores resultaron heridos por la metralla.
AYUDA DE ESTADOS UNIDOS
Aumentando su ayuda fiscal y su gasto militar en Ucrania, Washington anunció que enviará 4.500 millones de dólares en apoyo presupuestario y 1.000 millones de dólares en armamento, incluyendo municiones para cohetes de largo alcance y vehículos blindados de transporte médico
En total, Estados Unidos ha aportado más de 18.000 millones de dólares a Ucrania este año.
Al mismo tiempo que vertía armas y dinero en Ucrania, Estados Unidos también aplicaba sanciones financieras contra el Kremlin y las élites ricas que apoyan al presidente Vladimir Putin.
(Información de las oficinas de Reuters; redacción de Stephen Coates; edición de Simon Cameron-Moore; traducido por José Muñoz en la redacción de Gdańsk)