Las vacantes aumentan un 44 % desde la pandemia con un impacto de 8.000 millones en el PIB Por EFE
27.06.2024 00:21
Madrid, 27 jun (.).- El número de empleos que quedaron sin cubrir en 2023 se situó en los 148.000, marcando récord de vacantes tras aumentar un 44 % respecto a antes de la pandemia, una situación que conlleva un impacto sobre el PIB superior a los 8.000 millones de euros.
Según el informe sobre vacantes publicado este jueves por la Fundación BBVA (BME:), el número de empleos sin cubrir, que se ha multiplicado por 2,3 desde 2013, ha seguido una línea ascendente también durante el primer trimestre de 2024, hasta las 149.962.
Entre los sectores más afectados se encuentran la Administración Pública (36,6 % del total de vacantes), la educación y la sanidad y, dentro del sector privado, algunas actividades de alto valor añadido como las profesionales, científicas y técnicas (8,1 %) u otras más tradicionales como el comercio (10,9 %) y la hostelería (3,8 %).
Los últimos resultados de la Encuesta del Banco de España sobre la Actividad Empresarial (EBAE), referidos al segundo trimestre de este año, indican que el 41,1 % de las compañías sufren un impacto negativo sobre su actividad derivado de la falta de disponibilidad de mano de obra.
Cada vacante implica una oportunidad de empleo previsiblemente rentable que queda sin materializarse, con la consiguiente pérdida de producción y creación de riqueza para la economía nacional.
En 2023 la pérdida estimada de PIB provocada por las vacantes se situaría en torno a los 8.150 millones de euros, una estimación que aumentaría sustancialmente hasta los 25.000 millones de euros en un escenario de futuro con un acercamiento al patrón europeo de vacantes.
España, a la cola de la UE por número de vacantes
Aunque el problema es menos grave que en la mayoría de países europeos -España es el tercer país de la UE con menor número de vacantes-, sí supone un cambio inesperado para muchas empresas que va a intensificarse en el futuro.
Esto se deberá, añade el estudio, a la reducción del desempleo, el menor tamaño de las cohortes de jóvenes, la jubilación de la generación del baby boom, la emigración de talento al exterior y los desajustes formativos.
El aumento de vacantes puede responder al bajo número de desempleados o a la falta de correspondencia entre el perfil de los parados y las necesidades productivas.
En este segundo caso, la situación se agrava si el cambio tecnológico es más intenso, rápido y disruptivo y las políticas activas de empleo y el sistema de formación son menos eficientes y ágiles en responder a los cambios.
Por ello, el informe apunta a la necesidad de aumentar la tasa de actividad, incentivar la prolongación de la vida laboral, la potenciación de políticas activas de empleo que primen la cualificación y activación más que el subsidio a los parados, la mejora de la formación, la atracción de talento foráneo o la retención del nacional.
El sector público y el sistema educativo, añade, tienen un papel importante en esta tarea, pero también las empresas tendrán que replantearse sus estrategias de reclutamiento y de formación interna y reconfigurar el conjunto de características, salariales y no salariales, de los puestos de trabajo que ofrecen para aumentar su atractivo y atraer más y mejores candidatos.