Observatorio ALMA en el norte de Chile planea duplicar capacidad en una década tras lenta reapertura
25.05.2022 05:11
A man looks out of a window at parabolic antennas of the ALMA (Atacama Large Millimetre/Submillimetre Array) project at the El Llano de Chajnantor in the Atacama desert, some 1730 km (1074 miles) north of Santiago and 5000 metres (16400 ft) above sea leve
Por Rodrigo Gutierrez
SANTIAGO (Reuters) – El observatorio ALMA, emplazado en las alturas desérticas del norte de Chile, está funcionando a pleno rendimiento después de que la pandemia lo obligó a cerrar por primera vez, mientras su director ahora espera duplicar la capacidad del complejo para comprender mejor el universo.
Sean Dougherty, director de ALMA, dijo que el objetivo es mejorar la capacidad del observatorio -un complejo de 66 antenas que funcionan juntas como si fueran un solo potente y enorme telescopio- durante los próximos 10 años.
«Creo que va a ser un gran renacimiento en las observaciones de los agujeros negros en general», dijo el científico. «Será un gran motivador y realmente mejorará nuestra comprensión de los agujeros negros y la física» de éstos.
Es un gran esfuerzo colectivo, científico y tecnológico captar una fotografía de un agujero negro y después de que el observatorio ALMA cerró, se necesitaron meses para que las antenas ubicadas en un llano a unos 5.000 metros de altura volvieran a funcionar con toda su fuerza.
«Pasó un año antes de que pudiéramos volver a hacer ciencia porque es como dirigir una pequeña aldea», dijo Dougherty.
Desde recuperar el agua y la electricidad, hasta tener suficiente personal en el lugar y operar el equipo necesario para mover los aparatos, ALMA necesita una serie de procesos y empleados operativos para tomar una sola imagen desde su ubicación en el desierto de Atacama.
Las enormes antenas de 12 y 7 metros de diámetro se pueden colocar en cualquier lugar desde unos pocos metros hasta varios kilómetros de distancia, según lo que necesiten los científicos.
La gran altitud del observatorio significa que los empleados y el equipo están sujetos a cambios extremos de temperatura e hipoxia. A largo plazo, los empleados requieren oxígeno adicional.
Pero es esta ubicación en el desierto más árido del mundo que otorga gran cantidad de noches despejadas al año, baja humedad y una atmósfera estable, lo que permite que el observatorio obtenga datos esenciales sobre el universo.
Las actualizaciones, dice Dougherty, «realmente mejorarán nuestras capacidades astroquímicas y las posibilidades son infinitas».
(Reportaje de Reuters TV Escrito por Alexander Villegas; Editado en español por Javier López de Lérida)