Se confirma la caída de inflación en eurozona, baja la presión sobre el BCE para subir tipos
18.08.2023 11:39
© Reuters. FOTO DE ARCHIVO: Un mercado local en Niza, Francia, 8 de junio de 2023. REUTERS/Eric Gaillard
FRÁNCFORT, 18 ago (Reuters) – Los datos de Eurostat mostraron el viernes que la inflación de la zona euro se ha ralentizado aún más e incluso las presiones subyacentes sobre los precios parecen haber tocado techo, lo que reduce la presión sobre el Banco Central Europeo para que siga subiendo los tipos tras su ciclo de subidas de tipos más rápido jamás registrado.
En tan solo un año, el BCE ha subido los tipos desde niveles negativos a máximos de dos décadas para combatir un repunte histórico de la inflación, y los dirigentes monetarios se plantean ahora si han hecho lo suficiente para volver a situar el crecimiento de los precios en la senda del 2%.
Los precios al consumo aumentaron un 5,3% en julio, frente al 5,5% de junio, prolongando una tendencia a la baja iniciada el pasado otoño. Mientras tanto, el crecimiento de los precios, excluidos los alimentos y la energía, la medida subyacente seguida de cerca por el BCE, se mantuvo estable en el 5,5%, según Eurostat, confirmando las cifras preliminares.
Sin embargo, la inflación de los servicios aumentó del 5,4% al 5,6%, lo que podría ser preocupante, ya que los costes de los servicios dependen en gran medida de los salarios y tienden a ser persistentes.
Las cifras relativamente benignas no resolverán el dilema del BCE sobre los tipos, y los mercados siguen previendo una nueva subida, al 4%, este año, aunque no necesariamente en septiembre.
Los datos que van llegando están empujando a los dirigentes monetarios en direcciones opuestas.
Las presiones subyacentes sobre los precios siguen siendo fuertes y el mercado laboral necesita más mano de obra de lo habitual, lo que sugiere que persistirán las presiones salariales, ya que los trabajadores gozan de un magnífico poder de negociación.
Esto podría perpetuar una inflación elevada y los mercados prevén que el crecimiento de los precios se mantenga por encima del 2% en los próximos años, lo que sugiere que bajar al 3% será fácil, pero el último tramo de la desinflación se considera dolorosamente difícil.
No obstante, el crecimiento económico se está estancando, la inversión está cayendo y el consumo global se muestra plano, en el mejor de los casos, lo que sugiere que las presiones sobre los precios deberían remitir a medida que la economía se va resintiendo.
Los precios de la energía, uno de los principales responsables de la anterior subida, han bajado drásticamente y esto también acabará repercutiendo en los consumidores, aunque con retraso.
(Reporte de Balazs Koranyi; Edición de Sharon Singleton; Editado en español por Flora Gómez)