“Si me subvencionan o me dan dinero gratis… ¿Para qué voy a trabajar?”
06.06.2022 10:20
Ocurre en todos los lugares del mundo. El dinero gratis y las subvenciones, han fomentado la dejadez, la desidia para buscar nuevos empleos y retos para generar cambios significativos en la forma de ser. La crisis de fondo es sistémica, pero los gobiernos, de aquí y allí no lo quieren reconocer. El fenómeno se arrastra desde hace décadas. Desde hace meses, la agitación económica es menor y los bancos centrales muestran su verdadero rostro cansado. ¿Es tarde para reaccionar? Las sucesivas crisis financieras, económicas, bursátiles, sociales, pandémicas y geopolíticas no han sido utilizadas por los Gobiernos, sea cual fuere su formación y color de su camiseta, para iniciar reformas estructurales serias y duraderas con los que afrontar no solo las crisis actuales sino las que vendrán. Ni aquí, ni allí. Ni en Europa, ni en China ni en Estados Unidos. Tampoco, en los emergentes. Dice Jesse Felder@jessefelder que “la respuesta a las crisis del mercado de los últimos 20 años ha sido dinero barato, y esto ha funcionado para muchas partes de la economía. El único sector importante que se ve perjudicado cada vez más seriamente es aquel en el que los problemas tardarán más en surgir”. Un gran apunte, sin duda, que conviene repasar detenidamente», me dice el analista jefe de una gran gestora.
«Las infusiones de efectivo del gobierno que evitaron una calamidad económica han dejado a millones de hogares con saldos bancarios más grandes que antes de la pandemia, lo que generó un torrente de gasto de los consumidores y, en ocasiones, redujo la urgencia de la búsqueda de empleo».
Jesse Felder@jessefelder
Gráfico
Hay más apuntes, ya pasados, pero de moda en esta dirección: El peor argumento para la pandemia del coronavirus es que, debido a que tenemos pasivos tan grandes, deberíamos aceptarlo.
Considerar:
1) Nos empujará más profundamente a la deuda.
2) No conducirá a un crecimiento más rápido (probablemente lo contrario). Entonces, sigues tomando los analgésicos cuando necesitas una cirugía (vía Tuomas Malinen@mtmalinen)
¿Y cómo ha de ser esta? La pandemia paralizó el mundo, la crisis de suministros lo remató y ahora la invasión de Ucrania ha puesto la mecha al polvorón. En términos de Bolsa, las amadas tecnológicas de Wall Street han besado la lona: muy pocos gestores supimos ver lo que venía.
Muchos años después, la misma frase: «El proteccionismo es crack (cocaína) de la economía» Eso lo dijo Fisher, de la Fed, a principios de febrero de 2009. Y hace siete años, el jefe del Bundesbank, Jens Weidmann, especificó que «el plan del Banco Central Europeo de iniciar un nuevo programa de compra de bonos de países de la zona euro en problemas corría el riesgo de volverse «adictivo como una droga». Y así está siendo en todo el mundo, años después. Con mayor intensidad. Desde China Estados Unidos, de Japón a Europa.
«¡Cuidado, por tanto, con las drogodependencias, con sustancias adictivas prohibidas, por sus efectos letales y con la barra libre, de la que han gozado unos y otros actores en los mercados! Todo valía, incluida la droga más dura, para estabilizar los mercados. Los mejores economistas y analistas han pedido medidas fiscales. Ahora, la geopolítica, la inflación y la debilidad económica no solo han vuelto a retrasar las reformas, sino que han acelerado las malas costumbres…», me dice el director de Bolsa, de un fondo de renta variable, que añade:
«Pero las Bolsas, desligadas de la realidad, van a lo suyo. Unas veces vuelan, otras zozobran. Solo con la manipulación de los bancos centrales nos hicieron creer en la estabilización. Pero, nadie quiere oír hablar de obligaciones. Y menos los políticos. Los votos son los votos».
«Adicciones por todas partes: la economía es adicta al bienestar (o a la esperanza de bienestar). Hay que pasar, no obstante, por el quirófano para remontar una crisis sin precedentes en la economía mundial, “adicta” a los años de bienestar y comodidad, que necesita “desengancharse” de manera gradual y con decisiones correctas».
«Llevamos muchos años atascados. Ahora, no sabemos a dónde vamos. Ha llegado el momento de que el enfermo pase a otra sala, a la sala de la desintoxicación. Dicen que es la más dolorosa por los síndromes, por los diferentes cuadros clínicos que los diferentes enfermos presentan».
«El gentío, la manada está anestesiada. Los Gobiernos y las Instituciones han inyectado morfina en vena y el efecto de la anestesia durará en unos más que en otros. Es lo mismo que sucede en las intervenciones quirúrgicas. Cuando los enfermos despierten y vean que la realidad no se parece a lo que se dijo, el choque emocional será más violento de lo previsto. Ya lo está viendo. Caldo de cultivo para los populismos, como ya hemos visto y seguimos viendo desde hace años…»
«Amputar administraciones, provincias, pensiones, subvenciones y mucho más. Aquí y allí…»