Tiempos turbulentos
22.04.2022 12:31
Los nubarrones han ensombrecido las perspectivas económicas. En enero, hace apenas unos meses, el Fondo Monetario Internacional (FMI) proyectaba un 2022 robusto con un crecimiento mundial del 4,4%, dándose rápidamente condiciones propicias una vez superada la ola de ómicron. Sin embargo, el entorno ha sufrido un drástico deterioro en las últimas semanas debido a la invasión rusa de Ucrania, los confinamientos en China por su política de “cero covid” y el aumento de las tensiones en las cadenas de suministro mundiales, las materias primas y los mercados financieros.
Para el Banco Mundial, se trata de una “serie de crisis superpuestas”, y la reciente inversión de la curva de tipos de los Bonos del Tesoro estadounidense ha alimentado las especulaciones en torno al riesgo de recesión.
¿Cómo pueden los inversores distinguir el ruido de la verdadera señal? En primer lugar, es importante mantener la perspectiva. A los mercados no les gusta la incertidumbre, de manera que la volatilidad es algo previsible y podría persistir, al menos hasta que se despeje el panorama. Según nuestro análisis apunta a que, desde una perspectiva histórica, las acciones suelen caer en el período previo a las crisis geopolíticas, para después repuntar de los 3 a los 6 meses siguientes al cese de las turbulencias. Evidentemente, la situación actual es única y puede que no se den las tendencias anteriores.
Un aspecto importante es que, si bien la economía mundial atraviesa un pequeño bache, todavía se espera que crezca. De hecho, a pesar de las recientes previsiones a la baja, el FMI sigue apuntando a un crecimiento mundial del 3,6% para este año. Es inferior al de 2021, pero sigue estando por encima del 3,4% de media desde 1980. Por tanto, no es una recesión.
Las economías se disponen a abrir tras la ola de ómicron. Las muertes diarias se han desplomado y, según el Institute for Health Metrics and Evaluation, podrían permanecer en mínimos desde el inicio de la pandemia al menos hasta el 1 de agosto. Las condiciones laborales están tensionadas en muchos países (véase nuestro gráfico de la semana), y los hogares, sobre todo en Estados Unidos, tienen los medios para utilizar el exceso de ahorro acumulado. Puede que parte de la capacidad de gasto simplemente se esfume por culpa de la inflación, pero debería seguir siendo suficiente para propiciar un crecimiento económico real en 2023.
Claves para la próxima semana
La próxima semana será la de mayor actividad en cuanto a publicación de resultados del primer trimestre de 2022. Más de 180 empresas del S&P 500 los presentarán, y será importante ver cómo están lidiando con el repunte de los costes de los insumos y si el crecimiento de los ingresos ha sido suficientemente sólido como para proteger los márgenes y los beneficios. De momento, el 71% de las empresas han superado las previsiones de beneficios de los analistas.
Desde una perspectiva económica, hay varios acontecimientos importantes en la agenda. En Asia se publican los índices de gerentes de compras (PMI) del sector manufacturero y de servicios, las ventas minoristas de Japón y la decisión de política monetaria del Banco de Japón.
En la zona euro, hay que estar atentos a las elecciones de Francia. En Alemania, la encuesta ifo de clima empresarial podría ofrecer las primeras pistas sobre los efectos de la invasión de Ucrania en la actividad empresarial de la mayor economía de Europa. Al otro lado del Canal, los inversores británicos analizarán los precios de la vivienda que publica Rightmove para detectar cualquier impacto en los préstamos tras el reciente repunte de tipos.
En Estados Unidos también hay que estar atentos a varios datos, como los precios de la vivienda de Case-Shiller, la confianza de los consumidores de la Universidad de Míchigan, las licencias para la construcción de viviendas y los pedidos de bienes duraderos. También tendremos una primera impresión del crecimiento del PIB y de los costes laborales durante el primer trimestre de 2022.
Factores técnicos
La complejidad de las tendencias durante este año ha hecho que los inversores en renta variable sean más “bajistas”. Según la última encuesta publicada por la American Association of Individual Investors (AAII), solo el 15,8% de los participantes del mercado se declaran actualmente “alcistas”, el porcentaje más bajo desde 1992. Esto podría indicar agotamiento a corto plazo y/o condiciones de sobreventa.
Desde la perspectiva de la deuda soberana, aunque los yields han subido de forma rápida e intensa, puede que durante varias semanas no veamos un máximo duradero. Los principales umbrales para los bonos del Tesoro estadounidense a 10 años son el 3% y el 3,2%, y los bunds alemanes a 10 años podrían alcanzar el 1%.
Que sus inversiones consigan capear el temporal,
Greg
Claves de la próxima semana