Top criptonoticias de la semana: “Recesión técnica” en EEUU, Bitcoin en Honduras, Vitalik predice el fracaso del metaverso de Facebook y más
05.08.2022 21:48
Top criptonoticias de la semana: “Recesión técnica” en EEUU, Bitcoin en Honduras, Vitalik predice el fracaso del metaverso de Facebook y más
La inflación es el resultado de una economía sobrecalentada. O sea, la demanda es demasiado alta y el suministro no ha podido dar la talla por diversas razones. En consecuencia, los bancos centrales se han visto en la obligación de subir las tasas de interés para retirar liquidez. La situación obviamente afecta las valoraciones. El objetivo de la política monetaria de la Reserva Federal de los Estados Unidos, en estos momentos, es desacelerar la economía. Lo que se quiere es bajar la inflación a toda costa. Porque una economía sana necesita estabilidad en su moneda. Irónicamente, esto implica que las malas noticias son buenas noticias.
Una desaceleración económica, en circunstancias normales, no son buenas noticias porque, por lo general, significa una baja en la producción. Lo que, a su vez, implica una reducción de los ingresos. Por ende, un posible aumento del desempleo. Claro que “normal” en este contexto sugiere una tasa de inflación moderada del 2% o menor. En este momento, el contexto es diferente. Nos encontramos en circunstancias excepcionales. La economía requiere enfriarse bastante para obtener salud económica en el largo plazo. ¿Por qué? Porque la inflación es un mal de mil caras. Hay que mantener a la bestia bajo control lo más pronto posible.
La prioridad es bajar la inflación. Así de sencillo. Eso quiere decir que los bancos centrales no pueden frenar a medio camino debido a las presiones de los políticos y del público. O sea, la inflación debe bajar sí o sí. Con recesión o sin recesión. En otras palabras, ahora todo depende de los datos de inflación. La inflación debe bajar. Y esto se logra con una reducción significativa de la demanda o con un aumento significativo de la oferta. Sin embargo, me temo que los bancos centrales no tienen control sobre lo último.