Trump y Harris divergen en la política energética de EE. UU. antes de las elecciones Por Investing.com
29.10.2024 21:08
Mientras Estados Unidos se prepara para las elecciones presidenciales del próximo martes, las políticas energéticas del republicano Donald Trump y la demócrata Kamala Harris presentan un marcado contraste. Ambos candidatos expresan el deseo de aumentar la producción y mantener bajos los precios para los consumidores, pero sus enfoques difieren significativamente, especialmente en el tema del cambio climático.
Trump busca reforzar el dominio de EE. UU. en la producción de combustibles fósiles reduciendo las regulaciones que, según él, obstaculizan la perforación de y gas y la minería de . Su campaña atribuye a su mandato anterior el auge en la producción de petróleo y gas, particularmente en campos como la Cuenca Pérmica, y propone continuar esta tendencia retirando las iniciativas climáticas de la administración Biden.
Por su parte, Harris apoya mantener una alta producción de petróleo y gas como medio para facilitar la transición energética de EE. UU. hacia fuentes de menores emisiones. Ha modificado su postura sobre el fracking desde su campaña presidencial de 2020, oponiéndose ahora a una prohibición de la tecnología responsable de aumentos significativos en la producción estadounidense.
La Ley de Reducción de la Inflación (IRA) de 2022 es otro punto de discordia. Trump ha declarado su intención de rescindir los fondos no gastados de la IRA, lo que podría afectar los subsidios para vehículos eléctricos y fuentes de energía renovable. Harris defiende la IRA, enfatizando la continuidad de las inversiones en energía limpia.
Los esfuerzos climáticos internacionales también son un punto de divergencia. Trump, quien retiró a EE. UU. del Acuerdo de París durante su mandato anterior, ha indicado que lo haría de nuevo. En contraste, Harris apoya el acuerdo, alineándose con la decisión de la administración Biden de volver a unirse en 2021.
Respecto a la red eléctrica nacional, la campaña de Trump ha criticado las regulaciones de la administración Biden-Harris dirigidas a la contaminación de las centrales eléctricas, sugiriendo que podrían conducir a déficits energéticos y empeorar la inflación. Propone declarar una emergencia nacional para acelerar las aprobaciones de infraestructura energética. Harris también busca agilizar los permisos, pero se centra en proyectos con emisiones bajas o nulas.
En el ámbito del transporte, Trump se opone a las recientes regulaciones estadounidenses sobre emisiones de automóviles y se ha comprometido a poner fin a la industria eólica marina, a pesar del apoyo previo durante su primer mandato. Harris respalda el desarrollo de la energía eólica marina y la adopción de vehículos eléctricos.
Por último, la congelación de nuevos permisos de exportación de gas natural licuado (GNL) por parte de la administración Biden-Harris ha sido un movimiento notable, con implicaciones para los estudios de impacto ambiental. Trump ha expresado su intención de levantar inmediatamente la congelación, mientras que Harris prefiere esperar los resultados de la revisión ambiental prevista para después de las elecciones.
Las políticas energéticas de los candidatos reflejan temas más amplios en el debate político estadounidense sobre energía y clima, con implicaciones significativas para los esfuerzos nacionales y globales para abordar el cambio climático.
Reuters contribuyó a este artículo.
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