Ucrania y Europa acusan a los rusos de cometer atrocidades
03.04.2022 16:59
3/3
Bomberos en una refinería de petróleo que se incendió tras un ataque con misiles cerca de la ciudad portuaria de Odesa, en medio de la actual invasión de Rusia, en Ucrania. 3 de abril de 2022. REUTERS/Nacho Doce
2/3
Por Issam Abdallah y Pavel Polityuk
LEÓPOLIS/ODESA, Ucrania, 2 abr (Reuters) – Funcionarios ucranianos y europeos expresaron el domingo su indignación por lo que consideraron atrocidades cometidas por las fuerzas rusas cerca de Kiev, antes de su retirada para concentrar sus ataques en otros lugares.
El alcalde de Bucha, una localidad a 37 kilómetros al noroeste de la capital, dijo el sábado que 300 residentes habían sido asesinados durante un mes de ocupación por el Ejército ruso. Reuters vio muertos en una fosa común y algunos todavía tirados en las calles.
Ucrania dijo el sábado que sus fuerzas habían retomado todas las áreas alrededor de la capital, recuperando el control completo de la región por primera vez desde que Rusia inició la invasión el 24 de febrero.
Rusia ha retirado las fuerzas que habían amenazado a Kiev desde el norte para reagruparlas para batallas en el este de Ucrania. No hubo comentarios rusos sobre la afirmación de que la región de Kiev estaba totalmente en manos ucranianas y Reuters no pudo verificarlo.
Rusia ha negado antes haber atacado a civiles y ha rechazado las acusaciones de crímenes de guerra en lo que denomina una «operación militar especial» en Ucrania.
El Kremlin y el Ministerio de Defensa ruso no respondieron a las peticiones de comentarios cuando se les preguntó el sábado sobre los cuerpos encontrados en Bucha. No hubo contestación inmediata de la cartera cuando se le volvió a preguntar el domingo.
Un asesor del presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, dijo el domingo que las tropas ucranianas habían encontrado los cadáveres de mujeres violadas y quemadas, así como los de funcionarios locales y niños.
«Hay hombres asesinados cuyos cuerpos presentan señales de tortura. Tenían las manos atadas y fueron asesinados con disparos en la nuca», dijo Oleksiy Arestovych a la televisión ucraniana.
Sergey Nikiforov, portavoz de Zelenski, comentó a la BBC británica: «Tengo que ser muy cuidadoso con mis palabras, pero parece propiamente un crimen de guerra».
Altos funcionarios europeos dijeron que cualquier posible crimen de guerra debería ser investigado.
«Conmocionados por las noticias sobre las atrocidades cometidas por las fuerzas rusas. La UE ayuda a Ucrania a documentar los crímenes de guerra», dijo el jefe de la política exterior de la Unión Europea, Josep Borrell, en Twitter (NYSE:TWTR), añadiendo que todos los casos debían ser perseguidos por la Corte Internacional de Justicia.
La ministra de Asuntos Exteriores británica, Liz Truss, afirmó que había «cada vez más pruebas de actos atroces cometidos por las fuerzas invasoras en ciudades como Irpín y Bucha, y dijo que Londres apoyaría plenamente cualquier investigación de la Corte Penal Internacional».
ATAQUES CON MISILES
Misiles cayeron el domingo cerca del puerto de Odesa, en el sur de Ucrania, y Rusia afirmó que había destruido una refinería de petróleo usada por el Ejército ucraniano.
En Odesa, el ayuntamiento dijo que fueron alcanzadas «instalaciones de infraestructuras críticas». No se informó de víctimas.
El Ministerio de Defensa ruso afirmó que los ataques de sus militares destruyeron una refinería de petróleo y tres instalaciones de almacenamiento de combustible cerca de Odesa. Dijo que las instalaciones se utilizaban para abastecer a las tropas ucranianas cerca de la ciudad de Mikolaiv.
Odesa, en el Mar Negro, es la principal base de la marina ucraniana. Ha sido objetivo de las fuerzas rusas que buscan un corredor terrestre hacia Transdniestria, una provincia separatista de habla rusa de Moldavia que alberga tropas rusas.
Dmitro Lunin, gobernador de la región central de Poltava, dijo que la refinería de petróleo de Kremenchug, a 350 kilómetros al noreste de Odesa, había sido destruida en otro ataque con cohetes el sábado.
El domingo se escucharon dos explosiones en la ciudad rusa de Belgorod, cerca de la frontera con Ucrania, dijeron dos testigos a Reuters, días después de que las autoridades rusas acusaron a las fuerzas ucranianas de atacar un depósito de combustible en esa ciudad.
EVACUACIÓN Y CONVERSACIONES DE PAZ
Los esfuerzos de evacuación en Mariúpol y en la cercana Berdyansk, ambas en la costa sur de Ucrania, debían continuar con un convoy de autobuses que se estaba preparando con ayuda del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR).
El CICR abandonó los intentos anteriores por motivos de seguridad, mientras que Rusia le culpó de los retrasos.
Mariúpol es el principal objetivo de Rusia en la región suroriental ucraniana de Dombás, y decenas de miles de civiles están atrapados allí con escaso acceso a alimentos y agua.
Las cinco semanas de esfuerzos por negociar el fin de la guerra han dado pocas señales de avance, aunque el negociador jefe de Rusia, Vladimir Medinsky, dijo que las conversaciones se reanudarían el lunes.
Medinsky dijo que un borrador de acuerdo no estaba listo para una eventual reunión entre el presidente ruso Vladimir Putin y el ucraniano Zelenski.
El sábado, el negociador ucraniano David Arakhamia había hecho albergar esperanzas sobre las negociaciones con Rusia, afirmando que se había avanzado lo suficiente como para mantener conversaciones directas entre ambos.
Medinsky dijo que, aunque Ucrania estaba mostrando más realismo al aceptar ser neutral, renunciar a las armas nucleares, no unirse a un bloque militar y negarse a albergar bases militares. No se había avanzado en otras demandas clave de Rusia.
«Lo repito una y otra vez: La posición de Rusia sobre Crimea y Dombás sigue sin cambiar», dijo en Telegram, añadiendo que las conversaciones por videoconferencia continuarían el lunes.
Rusia se anexionó Crimea de Ucrania en 2014 y ha reconocido las declaraciones de independencia de las repúblicas autoproclamadas de Luhansk y Donetsk en la zona del Dombás, en el este de Ucrania, que se levantaron contra el dominio de Kiev.
(Reporte adicional de Simon Gardner, Zohra Bensemra y Abdelaziz Boumzar en Bucha, Natalia Zinets en Mukachevo, Guy Faulconbridge y Paul Sandle en Londres, Sabine Siebold en Berlín y redacciones de Reuters.; Editado en español por Javier López de Lérida)