Una receta y tres refugios antiinflacionarios
19.05.2022 09:51
La inflación es preocupante, pero siempre existió. Si bien en Estados Unidos no es tan habitual cómo en Latinoamérica, la inflación es silenciosa y va deteriorando el poder adquisitivo de su moneda poco a poco. Para que tengas una referencia, en los últimos 100 años el dólar perdió el 96% de su valor.
Poder adquisitivo del dólar estadounidense – Fuente: Visual Capitalist
Lo más probable es que esta dinámica continúe durante los próximos años, debido a la dependencia del sistema económico estadounidense con las políticas monetarias expansivas de la Reserva Federal. Es un sistema económico alimentado por la deuda y la emisión de dinero. No hay manera de que un país con este nivel de endeudamiento pueda evitar el deterioro de su moneda.
Cuando la emisión de dinero genera crecimiento económico, todo permanece en equilibrio. Sin embargo, las cosas cambian la emisión de deuda no genera crecimiento real. Por ese motivo, cada cierto tiempo, hay brotes inflacionarios que hacen temblar al sistema.
En los años setenta, con el fin del sistema Bretton Woods (convertibilidad del dólar con el oro), el Gobierno estadounidense no pudo controlar la suba de los precios y llevó a la economía a tener dos dígitos en 1974 (12,34%). Y esto no fue gratis, ya que provocó una depresión que duró 5 años y 5 meses.
Hoy, estamos en una situación similar. El total de la deuda pública con relación al PIB se encuentra en el 130% y Estados Unidos tiene una inflación anual del 8,3%. El propio Ben Bernanke, un ex presidente de la Reserva Federal, predice una estanflación (alta inflación más estancamiento) similar a 1970. Cree que habrá uno o dos años de bajo crecimiento, con la suba del desempleo e inflación por encima del 7%.
Proyecciones de PIB e inflación 2022 – Fuente: Bloomberg
La Reserva Federal hará lo posible para evitar que la inflación siga escalando. Lo hará de una manera drástica y efectiva: haciendo un ajuste de tipos de interés rápido y agresivo. Esta vez no parece ser diferente, y Estados Unidos podría encaminarse hacia una nueva recesión.
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Así funciona el sistema económico estadounidense. La inflación es una forma clásica de reducir el costo de la deuda externa y siempre estará ahí. Las políticas monetarias están destinadas a tener consecuencias inflacionarias. Con lo cual, la inflación te va a afectar, por más pequeña que sea.
¿Cómo protegerse de la inflación?
Cuando le preguntaron a Warren Buffett acerca de la inflación en la reunión anual de Berkshire Hathaway (NYSE:BRKa) en 2004, dijo que la mejor manera de combatirla es teniendo mucho poder de fijación de precios. Dio un ejemplo muy claro: “si eres el único cirujano en la ciudad, estará bien (porque simplemente puedes aumentar los precios para mantenerte al día con la inflación y la gente lo pagará)”.
Esta misma idea permite entender que las mejores compañías para invertir en tiempos de alta inflación, son aquellas que tienen esa ventaja competitiva y cuyos negocios no requieran grandes gastos de capital. Este último punto es importante, ya que un negocio intensivo en capital se verá obligado a gastar cada vez más dólares para mantenerse operativo, sin que aumenten sus beneficios.
El o poder de fijación de precios es la capacidad de una compañía para incrementar los precios de sus bienes o servicios (para contrarrestar el incremento de sus costos), sin que se vea alterado el volumen de ventas o perder parte de su cuota de mercado.
El poder de fijación de precios está determinado por la importancia de un bien o servicio para el cliente o el valor único (e intangible) que brinda en relación con los competidores. Por lo tanto, el poder de fijación de precios depende de la elasticidad precio de la demanda. Es decir, qué tan sensibles son sus clientes a las variaciones en el precio o la demanda de su producto.
Warren Buffett cree que el es la decisión más importante en la evaluación de un negocio. Las compañías que tienen poder de fijación de precios suelen ofrecer productos con características únicas.
Cuando un cliente es fiel a la marca, puede estar dispuesto a pagar un mayor precio. Miremos qué es lo que sucede con una compañía como Nike (NYSE:NKE). Durante los primeros nueve meses del ejercicio fiscal 2022, Nike reportó ingresos por 34.476 millones de dólares (+7% interanual) y beneficios por 5.277 millones (+10% interanual). Pese a la inflación, la compañía incrementó su margen bruto del 44,4% al 46,3% y el margen operativo del 28,8% al 31,2%.
Fuente: Nike, Inc.
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También podemos verlo con el consumo básico, que suele ser un buen refugio contra la inflación, siempre y cuando la compañía tenga una posición de liderazgo en la industria y una marca consolidada. The Coca-Cola Company (NYSE:KO), por ejemplo, suele aprovechar muy bien esta ventaja competitiva.
En el primer trimestre del ejercicio fiscal 2022, reportó ingresos de 10.500 millones de dólares (+16% interanual) y beneficios por 2.793 millones (+24% interanual). Pese a la inflación, la compañía mantuvo su margen bruto en el 61% e incrementó su margen operativo del 30,1% al 32,4%.
Fuente: The Coca Cola Company
Por último, no debemos descartar el sector de lujo. Las compañías que venden productos de lujo tienen mayor facilidad para fijar precios, dada la exclusividad que ofrecen a sus clientes. De hecho, un precio más alto puede hacerle sentir a una persona que está comprando algo único y especial.
En el ejercicio fiscal 2021, Moet Hennessy Louis Vuitton SE (EPA:LVMH), Société Européenne reportó ingresos de 64.215 millones de euros (+20% con respecto a 2019) y beneficios por 12.698 millones (+63% frente a 2019). Pese a la inflación, la compañía incrementó su margen bruto del 66,2% al 68,3% e incrementó su margen operativo del 21% al 26,71%.
Fuente: Louis Vuitton
Como verás, este tipo de compañías no solo son un refugio contra la inflación, sino que incrementan su tasa de crecimiento vía precios. Olvida la inflación e invierte en compañías que puedan hacerlo bien en cualquier contexto económico. Solo asegúrate de pagar un precio justo.
Puedes elegir tu propia aventura, pero recuerda: al final, gana lo simple.
¡Hasta la próxima!