¿Vender en mayo?
21.04.2023 12:11
La idea de «vender en mayo y marcharse» lleva años arraigada en el léxico de las inversiones. Se dice que empezó en el antiguo distrito financiero de Londres. Los banqueros que querían escapar del calor veraniego «vendían en mayo, se marchaban y volvían el día de St. Leger Stakes» (una famosa carrera de caballos inglesa que se celebra a mediados de septiembre).
El término se acortó y se popularizó en el siglo XX, cuando los estrategas de Wall Street descubrieron un patrón histórico de rendimientos del índice comparativamente más altos desde noviembre hasta abril. Y voilà, un viejo aforismo inglés asociado a las vacaciones y las apuestas hípicas se convirtió en uno de los factores estacionales más conocidos del sector de las finanzas.
Pero a pesar de décadas de análisis, los resultados de que exista un efecto positivo derivado de “vender en mayo” han sido dispares. Los informes de MarketWatch y Morningstar incluso contraargumentan que las estrategias de buy-and-hold o “comprar y mantener” pueden funcionar igual de bien o mejor.
¿Cuál es la situación actual? Los inversores ya son bastante pesimistas. La confianza es débil, el posicionamiento defensivo está aumentando y los niveles de liquidez son los más altos desde 2009. En conjunto, esto sugiere menos «munición» para que un creciente número de inversores se vuelva cada vez más bajista, una señal potencialmente contraria.
Por otro lado, las vacaciones de verano son más comunes que nunca. Para los inversores, esto significa que la escasa liquidez puede amplificar innecesariamente los movimientos de los precios cuando las noticias decepcionan.
Desde ese punto de vista, consideremos el hecho de que Estados Unidos alcanzó su límite de endeudamiento (el «techo de deuda») en febrero. Desde entonces, el Departamento del Tesoro ha evitado el impago adoptando «medidas extraordinarias».
Pero esas medidas no son infinitas. De hecho, las maniobras financieras pueden dejar de funcionar en septiembre o agosto, quizá antes. La fecha queda abierta porque depende de las fluctuaciones de los ingresos fiscales y el gasto público. Aunque pensamos que un impago estadounidense es muy improbable, la última vez que los políticos de Estados Unidos jugaron con el impago se decidió rebajar de categoría la calificación de la deuda estadounidense en agosto de 2011.
Claves de la próxima semana
Más allá del techo de deuda, en el horizonte inmediato, hay otros acontecimientos importantes en los mercados. Por un lado, la temporada de resultados empresariales del primer trimestre está cobrando fuerza. A medida que los bancos publican sus resultados, vamos teniendo una idea más clara de cómo afectaron al sector, de forma general, las quiebras de bancos regionales del mes pasado. Hasta ahora, el impacto directo en los grandes bancos de importancia sistémica parece limitado. Alrededor del 15% de las empresas financieras del S&P 500 han presentado ya sus cuentas, y los beneficios han aumentado más de lo esperado por los analistas.
Dos acontecimientos adicionales en EE.UU. ayudarán a preparar el escenario para la decisión de tipos por parte de la Fed durante su reunión del 2-3 de mayo. El primero es el avance del PIB del primer trimestre que se publicará el jueves. La Fed de Atlanta calcula actualmente un crecimiento del 2,5% (datos trimestrales ajustados estacionalmente) respaldado por un aumento del 4,2% en el gasto de los consumidores. El segundo es el índice de precios PCE del viernes. Los analistas prevén una desaceleración de la inflación subyacente hasta el 0,28% intermensual, lo que en términos anualizados se situaría por encima del objetivo del 2% de la Fed, pero en la dirección correcta. (Véase nuestro Gráfico de la semana).
El lunes, al otro lado del Atlántico, los inversores alemanes estarán atentos a la publicación del índice Ifo de clima empresarial de abril. Lleva seis meses consecutivos de subidas gracias a un clima invernal inusualmente cálido, con unos precios del gas natural más baratos, y a la reapertura de China tras finalizar la política de “Cero Covid”.
El jueves y el viernes, los inversores de la zona euro recibirán un diluvio de cifras preliminares del PIB del primer trimestre del año. Se espera que Francia mantenga un crecimiento estable del 0,1%, Italia podría mejorar del -0,1% a un crecimiento plano, Alemania también podría pasar del -0,4% a terreno neutral y la zona euro en general podría permanecer plana (todas las cifras en términos intertrimestrales).
En Asia, Japón publicará las ventas minoristas, la producción industrial y el desempleo de marzo. La semana termina el viernes con la primera decisión del Banco de Japón bajo su nuevo gobernador, Kazuo Ueda. Aunque se espera que los responsables políticos mantengan los tipos en el -0,1%, con el aumento de la inflación, Ueda podría recibir preguntas sobre los planes para abandonar la política ultraflexible, incluido el control de la curva de tipos.
Manténgase en el juego,
Greg