Xi habla de seguridad y reitera postura del COVID en apertura Congreso del Partido Comunista chino
16.10.2022 15:14
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© Reuters. Foto del domingo del Presidente chino Xi Jinping en la apertura del Congreso del Partido Comunista Chino en Pekín
Oct 16, 2022. REUTERS/Thomas Peter
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Por Yew Lun Tian y Ryan Woo
PEKÍN, 16 oct (Reuters) – El presidente de China, Xi Jinping, pidió el domingo que se acelere la construcción de un Ejército de categoría mundial, a la vez que promocionó la lucha contra el COVID-19, al iniciar el Congreso del Partido Comunista centrándose en la seguridad y reiterando las prioridades políticas del país.
Se espera que Xi, de 69 años, obtenga un tercer mandato al término del congreso de una semana de duración, que comenzó el domingo por la mañana, consolidando su posición como el gobernante más poderoso de China desde Mao Zedong.
Alrededor de 2.300 delegados de todo el país se reunieron en el vasto Gran Salón del Pueblo, en el lado oeste de la plaza de Tiananmen, en un contexto de fuertes medidas de seguridad y bajo un cielo azul tras varios días de niebla en la capital china.
Xi describió los cinco años transcurridos desde el último congreso del partido como «extremadamente infrecuentes y anormales», durante un discurso que duró menos de dos horas, mucho más breve que su intervención de unas tres horas en el congreso de 2017, ya que no leyó el informe de trabajo completo, algo que sí hizo hace cinco años.
«Debemos fortalecer nuestro sentido de la dificultad, estar preparados para el peligro en tiempos de paz, prepararnos para un día de lluvia y estar listos para soportar grandes pruebas de vientos y olas altas», dijo.
Xi pidió que se reforzara la capacidad de mantener la seguridad nacional, garantizando el suministro de alimentos y energía, asegurando las cadenas de suministro, mejorando la capacidad de hacer frente a los desastres y protegiendo la información personal.
Los mayores aplausos llegaron cuando Xi reafirmó su oposición a la independencia de Taiwán.
En el informe de trabajo completo, Xi utilizó los términos «seguridad» o «protección» 89 veces, frente a las 55 de 2017, según un recuento de Reuters, mientras que su uso de la palabra «reforma» descendió a 48 desde 68 menciones hace cinco años.
En su década en el poder, Xi ha puesto a China en una senda cada vez más autoritaria que ha priorizado la seguridad, el control estatal de la economía en nombre de la «prosperidad común», una diplomacia más asertiva, un Ejército más fuerte y la intensificación de la presión para apoderarse de Taiwán, gobernado democráticamente.
Alfred Wu, profesor asociado de la Escuela de Políticas Públicas Lee Kuan Yew de la Universidad Nacional de Singapur, dijo que, como la economía china se ha ralentizado, Xi está intentando cambiar la base de la legitimidad del crecimiento económico a la seguridad.
«Su discurso es: China enfrenta muchos peligros, el país está en estado de guerra, en sentido figurado, y él es el salvador. Con esta narrativa, puede conseguir que la gente se una en torno a él», dijo Wu.
CONTINUIDAD
En los últimos días, China ha insistido repetidamente en su compromiso con la estrategia contra el COVID de Xi, desvaneciendo las esperanzas de ciudadanos e inversores de que Pekín pudiera empezar a abandonar en breve una política que ha causado una frustración generalizada y daños económicos.
Xi dijo poco sobre el COVID, aparte de reiterar la validez de una política que ha convertido al país en un caso atípico global mientras gran parte del mundo intenta coexistir con el coronavirus, que surgió en el centro de China a finales de 2019.
«Nos hemos adherido a la supremacía del pueblo y a la supremacía de la vida, nos hemos adherido a la dinámica cero-COVID (…) y hemos logrado importantes resultados en la prevención y el control general de la epidemia, y en el desarrollo económico y social», dijo Xi.
En cuanto a la economía, reafirmó su apoyo al sector privado y a permitir que los mercados desempeñen un papel de referencia, aunque China perfeccione un «sistema económico socialista» y promueva la «prosperidad común».
Las relaciones de China con Occidente se han deteriorado mucho, agravadas por el apoyo de Xi al ruso Vladimir Putin.
Hijo de un revolucionario del Partido Comunista, Xi ha revitalizado un partido que se había vuelto profundamente corrupto y cada vez más irrelevante, ampliando su presencia en todos los aspectos de China, con el líder oficialmente como su «núcleo».
Xi eliminó los límites de los mandatos presidenciales en 2018, despejando el camino para que rompa con el precedente de las últimas décadas y gobierne durante un tercer mandato de cinco años, o más.
(Reporte de Yew Lun Tian, Ryan Woo, Martin Quin Pollard, Eduardo Baptista, Kevin Yao y Dominique Patton; redacción de Tony Munroe. Editado en español por Javier Leira)