Científicos chinos crean un dispositivo que mejora el rendimiento y la seguridad de los bombarderos furtivos
26.08.2022 23:23
Un dispositivo de plasma, que podría mejorar significativamente el rendimiento aerodinámico de los bombarderos furtivos, ha sido desarrollado por un equipo de ingenieros chinos. Se trata de una membrana delgada que cubre el área frontal de la aeronave en vuelo, informa SCMP.
Cuando la velocidad de la corriente incidente, que fluye por encima de las alas y genera la fuerza de sustentación, se reduce hasta un punto que podría provocar una entrada en pérdida, la membrana detecta el peligro de antemano e ioniza las moléculas de aire con electricidad de alto voltaje. Dicha operación genera una lluvia de plasma, o partículas cargadas eléctricamente, sobre la superficie alar.
Esto puede estimular el flujo de aire e incrementar el coeficiente de sustentación de un avión en casi un tercio, evitando una entrada en pérdida, incluso si desciende a una velocidad inusualmente baja con el ángulo de ataque aumentado (morro levantado), según los investigadores.
El nuevo dispositivo podría responder al cambio de flujo de aire rápidamente, usando considerablemente menos energía que la que consumían equipos similares antes, sostiene un artículo publicado en Journal of Aerospace Power, editado por la Sociedad China de Aeronáutica y Astronáutica.
Un bombardero furtivo suele ser diseñado de acuerdo con el concepto de ‘ala voladora’, es decir, está desprovisto de cola para reducir su sección equivalente de radar. Sin embargo, el diseño de ala sola hace que el control de vuelo sea más difícil, especialmente a velocidades más bajas.
Una muestra de la importancia del nuevo dispositivo es el accidente del 2008, en el cual un bombardero furtivo estadounidense B-2, la aeronave más cara del mundo, se estrelló en la Base de la Fuerza Aérea Andersen en la isla de Guam.
La investigación de la Fuerza Aérea encontró que el accidente fue causado por una entrada en pérdida poco después del despegue. La computadora de control de vuelo del B-2 no pudo reaccionar adecuadamente a los datos generados por los sensores y ‘autorizó’ el despegue demasiado pronto.
Ambos pilotos se salvaron, al activar sus asientos eyectables, pero el bombardero, de 1.400 millones de dólares, quedó destruido.