El BoJ muestra signos de intervención tras renovado mínimo del yen en 24 años
14.09.2022 13:37
El BoJ muestra signos de intervención tras renovado mínimo del yen en 24 años
Tokio, 14 sep (.).- El banco central japonés sondeó hoy a inversores locales del mercado de divisas para conocer los tipos de cambio que están usando como referencia, en un movimiento visto como un signo previo a una posible intervención después de que el yen cayera hasta cerca de las 145 unidades por dólar, su mínimo en 24 años.
El Banco de Japón (BoJ) acometió una «comprobación cambiaria» (‘rate check’) poco después de que el ministro de Finanzas, Shunichi Suzuki, reiterara la preocupación que el Gobierno viene mostrando en las últimas semanas por la volatilidad del yen, y dijera que no se descarta ninguna opción para tratar de controlar su acelerada caída.
«Si estos movimientos continúan, creo que hay que responder a ellos sin descartar ninguna opción», dijo en una rueda de prensa Suzuki, que al ser preguntado expresamente si están pensando en una intervención en el mercado para frenar la rápida devaluación del yen, contestó: «Es correcto pensar que ése es el caso».
Poco después de estas declaraciones, el banco central japonés acometió la consulta, que podría ser una medida preparatoria para una potencial intervención o un movimiento destinado a ahuyentar la especulación y frenar la caída del yen, que está aumentando la presión inflacionaria sobre la economía japonesa.
LA BARRERA DE LOS 145
Si bien un yen débil es frecuentemente visto con buenos ojos porque beneficia a los exportadores japoneses al inflar sus ventas, la debilidad de la divisa japonesa está encareciendo las vitales importaciones del país en el actual contexto de encarecimiento de los alimentos, materias primas y energía, cuando el impacto económico de la pandemia sigue muy vigente en el archipiélago.
La intensificación de las advertencias de las autoridades niponas y la consulta de tasas del banco central japonés se producen después de que el yen experimentara una gran volatilidad durante este miércoles, llegando a caer más de dos unidades con respecto al dólar hasta tocar las 144,96 unidades por billete verde, rozando la barrera de los 145 yenes, un renovado mínimo en 24 años.
El yen ha caído 30 unidades con respecto al dólar desde marzo, cuando el billete verde se cambiaba a 114 yenes, una tendencia que supone su mayor tasa de disminución anual desde 1973 y que viene dada por el fin de la política de estímulos de la Reserva Federal estadounidense (Fed) que se había visto impulsada por la pandemia de covid-19.
La divisa japonesa se mueve también en su nivel más bajo en siete años con respecto al euro, tras rebasar la semana las 144 unidades después de que el Banco Central Europeo (BCE) acometiera una subida sin precedentes de sus tipos de interés de referencia.
DIVERGENCIA MONETARIA
Esta presión de la que el yen está siendo objeto desde el segundo trimestre del año responde en parte al desacoplamiento de las políticas monetarias del Banco de Japón y sus homólogos de mayor peso en el panorama internacional, como la Fed y el BCE.
Mientras que el banco central estadounidense ha acometido este año cuatro subidas de tasas hasta situarlas en la horquilla del 2,25 % y el 2,5 %, y la entidad crediticia europea ha llevado a cabo su mayor subida de tipos de la historia hasta situarlos en el 1,25 %, el BoJ se resiste a abandonar sus tasas ultrabajas activadas desde hace una década.
El banco central japonés mantiene los tipos a corto plazo en el -0,1 % y un extenso paquete de compras de fondos cotizados para mantener el referencial a largo plazo en torno al 0 %.
Mientras sus homólogos más influyentes han optado por subir tasas de cara a la era postpandemia y en un intento por frenar la desbocada inflación, el BoJ se resiste a actualizar su política alegando que la subida de precios actual se debe a la coyuntura geopolítica y el encarecimiento de la energía y las materias primas.
Japón no es ajeno a la presión inflacionaria. Los precios subieron un 2,4 % en julio, un nivel no visto desde diciembre de 2014 y nuevamente por encima de la meta del 2 % del BoJ, que considera, no obstante, que el alza es temporal y condicionada principalmente por el encarecimiento de las materias primas y la energía, y se ha mostrado comprometido con su estrategia de ultraflexibilziación monetaria.
Los ojos de los inversores están puestos ahora en las reuniones de los comités de política monetaria de la Fed y el BoJ que se celebran la próxima semana, para comprobar como evoluciona esta divergencia de posturas.