El problemón de la Fed acaba de empeorar
17.03.2023 20:17
Combatir la elevada ya es bastante duro, pero la Reserva Federal ha estado intentando domar la presión sobre los precios cuando la economía muestra signos de debilitamiento, al menos en algunos rincones. Se trata de un reto importante, pero es un problema aún mayor tras las turbulencias bancarias desencadenadas por la quiebra del Silicon Valley Bank (SVB).
El banco central suele relajar la política monetaria y bajar las tasas de interés cuando aumenta el riesgo económico. Lo mismo ocurre cuando amenaza una crisis bancaria. Pero las herramientas políticas habituales no están disponibles cuando la inflación es alta. En resumen, se trata de una tormenta perfecta para la Reserva Federal, que puede empeorar antes de mejorar.
La cuestión clave es que las herramientas políticas que la Reserva Federal puede esgrimir para controlar la inflación amenazan con aumentar el riesgo económico y exacerbar las turbulencias bancarias. En resumen, el banco central se encuentra entre la espada y la pared.
No existen buenas opciones de política monetaria. Más bien se trata de elegir la política menos mala y esperar lo mejor. El panorama actual es que, si bien la crisis desencadenada por el SVB ha reducido la probabilidad estimada de que se produzcan más subidas de tasas, el camino que queda por recorrer todavía parece abocado a un mayor endurecimiento debido al riesgo de inflación existente.
Esta mañana, el mercado de futuros de los fondos de la Reserva Federal estima en un 85% la probabilidad implícita de una subida de 25 puntos base en la reunión de política monetaria del FOMC de la próxima semana. El mercado ya no espera una subida de 50 puntos base, como era habitual antes de la crisis del SVB. Sin embargo, los futuros siguen previendo otra subida de ¼ de punto en mayo.
La consecuencia: la Reserva Federal seguirá dando prioridad a la lucha contra la inflación. Sobre esta base, decidir cuánta presión se avecina para la economía y el sector financiero está estrechamente vinculado a los datos de inflación entrantes. En este sentido, las perspectivas son variadas.
Empecemos por las buenas noticias: la inflación ha tocado techo. Los precios al consumo siguieron bajando en febrero. Pero el aumento del 6.0% del IPC general y del 5.5% del IPC subyacente siguen siendo demasiado elevados para que la Reserva Federal declare la victoria. De hecho, el objetivo de inflación del 2% del banco central no aparece en el horizonte a corto plazo.
Consumer Price Inflation Chart
El principal problema en este momento es que la desaceleración de la inflación se ha ralentizado, por lo que el endurecimiento de la política de la Reserva Federal parece que se prolongará más de lo previsto. En los últimos días se ha especulado con la posibilidad de que el banco central flexibilice su política monetaria. Se trata de una previsión razonable, pero parece que el sesgo restrictivo continuará, aunque en menor medida.
Sin duda, el camino a seguir es mucho más fluido tras el colapso del SVB, pero aún queda el elefante en la habitación: la alta inflación. El examen de varias medidas alternativas de la tendencia de la inflación sugiere que el escenario optimista es que la presión sobre los precios descienda a niveles tolerables en algún momento del verano (para más detalles sobre el gráfico siguiente, consulte una copia de muestra de The US Inflation Trend Chartbook aquí).
US Consumer Inflation Indexes
El riesgo es que el sesgo a la baja de la inflación siga debilitándose, como ha ocurrido recientemente. El siguiente gráfico muestra la diferencia mensual en los cambios interanuales del gráfico de un año anterior.
US Consumer Inflation Bias Indexes
Con todo, sigue habiendo motivos para un optimismo cauto. El modelo de previsión de conjunto de CapitalSpectator.com sigue proyectando que la tendencia anual del IPC subyacente se suavizará aún más en los próximos meses.
Core CPI Chart
Mientras tanto, las expectativas de inflación siguen tendiendo a la baja, lo que facilitará la labor de la Reserva Federal a la hora de reducir la presión sobre los precios (según estimaciones de la Reserva Federal de Cleveland).
US Consumer Inflation Expectations Indexes
En última instancia, la herramienta más poderosa para combatir la inflación puede entrar en acción en algún momento: la recesión y/o una crisis bancaria en toda regla.
El objetivo de la Reserva Federal, por supuesto, es controlar la inflación minimizando el impacto sobre la economía y el sector bancario. Enhebrar esta aguja es difícil incluso en las mejores circunstancias. La cuestión es con qué rapidez se aflojará el reto, o no. La respuesta la encontraremos en las cifras de inflación, así como en la evolución de los riesgos para el ciclo económico y las tensiones bancarias en las próximas semanas.