La inflación en Egipto registra un récord de 36,8 %, el más alto en más de una década
10.07.2023 09:23
La inflación en Egipto registra un récord de 36,8 %, el más alto en más de una década
El Cairo, 10 jul (.).- La inflación interanual en Egipto registró un récord de 36,8 % en junio, el mayor en más de una década, frente al 33,7 del mes anterior y el 14,7 % del mismo periodo de 2022, en un momento en el que el país lucha para mitigar la crisis económica que enfrenta desde hace años, informó hoy el Gobierno egipcio.
«La tasa de inflación anual para toda la República es del 36,8 % para junio de 2023, en comparación con el 14,7 % para el mismo mes del año anterior», dijo la agencia oficial de estadísticas CAPMAS en un comunicado.
Atribuyó la subida, la más alta desde mediados de 2017, al incremento del coste de una lista larga de productos, muy en especial los del grupo de alimentos, sobre todo carne y pollo (3,3 %), pescado y marisco (2,9 %), frutas (5,7 %), , té y (4,4 %), entre otros alimentos.
La nota destaca incrementos similares en el precio de productos que van desde bebidas alcohólicas y tabaco (18,4 %) y atención médica (1,8 %) hasta el alquiler (0,6 %), el grupo de electrodomésticos (4,9 %), pasando por el transporte (0,5 %) y el grupo de muebles y mantenimiento (3,6 %).
Esos datos indican que junio fue el segundo mes en el que Egipto registró nuevos incrementos desde el respiro que el país vivió en abril al bajar la tasa de inflación a 31,5 % del 33,9 de marzo.
Las nuevas cifras llegan cuando el Gobierno egipcio se esfuerza, incluso con un plan de privatización, para aliviar el impacto de la crisis económica que azota el país desde hace años, y que se agudizó tras la guerra en Ucrania.
Esa crisis llevó a una escasez en la divisa extranjera y una pérdida de valor de la libra egipcia de casi un 50 % frente al dólar estadounidense en un año, en un país que depende de la importación para responder la mayoría de las necesidades alimentarias de su población, de más de 105 millones de habitantes.
La devaluación responde a una política «flexible» de cambio acordada de octubre con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para la obtención de un nuevo crédito de 3.000 millones de dólares orientado a «salvaguardar la estabilidad macroeconómica y la sostenibilidad de la deuda egipcia», entre otros objetivos.
