Los precios en Japón volvieron a subir un 2,1 % en mayo
24.06.2022 03:59
Los precios en Japón volvieron a subir un 2,1 % en mayo
Tokio, 24 jun (.).- El índice de precios al consumo (IPC) de Japón subió un 2,1 % interanual en mayo, su noveno mes consecutivo de alza y nuevamente por encima de la meta inflacionaria del Banco de Japón (BoJ), impulsado de nuevo por el encarecimiento energético.
El indicador, que excluye los precios de los alimentos por su alta volatilidad, aumentó un 0,2 % con respecto a abril, según los datos publicados este viernes por el Ministerio del Interior.
La subida de mayo se produce tras un alza idéntica del 2,1 % interanual en abril, mes en el que la subida de precios superó la barrera de los dos puntos porcentuales tras siete años, y un ritmo que constata la actual presión inflacionaria por el encarecimiento de la energía, los combustibles y otras materias primas.
La subida de los precios energéticos, del 17,1 % interanual, fue el factor que más contribuyó al encarecimiento del IPC en el quinto mes de 2022, mientras que el coste de la electricidad, el gas y otros combustibles se encareció un 14,4 % respecto al año previo.
En concreto, el precio de la electricidad subió el mes pasado un 18,6 %, el del gas un 17 % y el de otros combustibles, un 25,1 %.
El banco central japonés puso en marcha en 2013 un amplio programa de ultraflexibilización monetaria para situar la inflación en el 2 %, aunque este objetivo se fue retrasado sucesivamente.
El BoJ, que ya señaló que la inflación podría dispararse hasta su meta, opta por el momento por mantener su política monetaria, contraria a la de otros bancos centrales como el estadounidense o el europeo (que han empezado a subir tipos de interés), alegando que la subida de precios es producto de la coyuntura geopolítica.
La guerra ruso-ucraniana ha provocado un encarecimiento de las importaciones de energía y otros materiales y la pandemia de covid-19 sigue causando estragos en las cadenas de suministro.
En este contexto, la entidad nipona considera que la subida de precios actual no responde a un ritmo de aumentos salariales a nivel nacional que pueda sustentar la demanda interna, todavía frágil, y que mantenga la inflación de manera estable y sostenible, por lo que se muestra reticente a actualizar sus medidas.