Rusia reinicia un importante gasoducto y amplía sus objetivos de guerra en Ucrania
21.07.2022 09:07
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FOTO DE ARCHIVO: Tberías de las instalaciones del gasoducto «Nord Stream 1» en Lubmin, Alemania, el 8 de marzo de 2022. REUTERS/Hannibal Hanschke
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21 jul (Reuters) – Rusia reanudará el jueves el suministro de gas a través de un importante gasoducto que atraviesa Ucrania con destino a Europa, según informó el operador del gasoducto, en un contexto de temor a que Moscú utilice sus vastas exportaciones de energía para hacer frente a la presión de Occidente por su invasión de Ucrania.
La reanudación del gasoducto Nord Stream 1 a una capacidad reducida tras una pausa de mantenimiento de 10 días se produce después de que el ministro de Asuntos Exteriores de Rusia indicara que los objetivos del Kremlin se habían ampliado en la guerra iniciada hace cinco meses.
Serguéi Lavrov dijo el miércoles a la agencia de noticias estatal RIA Novosti que las «tareas» militares de Rusia en Ucrania van ahora más allá de la región oriental del Dombás.
Lavrov también dijo que los objetivos de Moscú se ampliarán aún más si Occidente sigue suministrando a Kiev armas de largo alcance, como los sistemas de cohetes de artillería de alta movilidad (HIMARS) de fabricación estadounidense.
«Eso significa que las tareas geográficas se extenderán aún más desde la línea actual», dijo, añadiendo que las conversaciones de paz no tienen sentido en este momento.
El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, declaró posteriormente a RIA que Moscú no cierra la puerta a las conversaciones con Kiev a pesar de los comentarios de Lavrov.
La preocupación por la posibilidad de que Moscú interrumpa el suministro de gas ruso a través del mayor gasoducto de Europa llevó a la Unión Europea a pedir el miércoles a los Estados miembros que reduzcan el consumo de gas en un 15% hasta marzo como medida de emergencia.
«Rusia nos está chantajeando. Rusia está utilizando la energía como un arma», dijo la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, describiendo un corte total de los flujos de gas ruso como «un escenario probable» para el que «Europa tiene que estar preparada».
Putin había advertido anteriormente que el suministro de gas a través de Nord Stream corría el riesgo de reducirse aún más.
Rusia, el mayor exportador de gas del mundo, ha negado las acusaciones de Occidente de utilizar sus suministros energéticos como herramienta de coerción, diciendo que ha sido un proveedor de energía fiable.
En cuanto a su petróleo, Rusia no enviará suministros al mercado mundial si se impone un tope de precios por debajo del coste de producción, según citó el miércoles la agencia de noticias Interfax al vice primer ministro Alexander Novak.
AUMENTA EL NÚMERO DE COMBATIENTES
En el frente de batalla, los militares ucranianos han informado de intensos y a veces mortales bombardeos rusos en un contexto de intentos fallidos de avance de las fuerzas terrestres rusa, según su versión.
En las últimas 24 horas, las fuerzas ucranianas afirmaron haber destruido 17 vehículos, algunos de ellos blindados, además de haber matado a más de 100 soldados rusos en el sur y el este del país.
La administración instalada por Rusia en la región ucraniana parcialmente ocupada de Zaporiyia dijo que Ucrania había realizado un ataque con aviones no tripulados contra una central nuclear allí, pero que el reactor no sufrió daños.
También se escucharon múltiples explosiones en la región sureña de Jersón, controlada por Rusia, durante la noche y el jueves, informó la agencia de noticias rusa TASS.
Reuters no pudo verificar estas informaciones de forma independiente.
La invasión rusa ha matado a miles de personas, ha desplazado a millones y ha arrasado ciudades, especialmente en las zonas de habla rusa del este y el sureste de Ucrania. También ha elevado los precios mundiales de la energía y los alimentos y ha aumentado el temor a la hambruna en los países más pobres, pues tanto Ucrania como Rusia son grandes productores de cereales.
Estados Unidos calcula que las bajas rusas en Ucrania han alcanzado hasta ahora unos 15.000 muertos y quizá 45.000 heridos, según declaró el miércoles el director de la CIA, William Burns.
Rusia clasifica las muertes militares como secreto de Estado incluso en tiempos de paz y no ha actualizado con frecuencia sus cifras oficiales de bajas durante la guerra.
EEUU SE OPONE A LAS ANEXIONES
Estados Unidos, que había dicho el martes que veía indicios de que Rusia se estaba preparando para anexionar formalmente el territorio que ha tomado en Ucrania, prometió que se opondría a la anexión.
«De nuevo, hemos sido claros en que la anexión por la fuerza sería una grave violación de la Carta de la ONU, y no permitiríamos que quedara sin respuesta. No permitiríamos que quedara impune», dijo el portavoz del Departamento de Estado, Ned Price, en la sesión informativa diaria del miércoles.
Rusia se anexionó Crimea de Ucrania en 2014 y apoya a las entidades secesionistas de habla rusa —las Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk (RPD y RPL)— en dichas provincias, conocidas en conjunto como el Dombás.
Lavrov es la figura de mayor rango que habla abiertamente de los objetivos de guerra de Rusia en términos territoriales, casi cinco meses después de que el presidente ruso Vladimir Putin ordenara la invasión del 24 de febrero, al tiempo que negaba que Rusia tuviera intención de ocupar a su vecino.
Entonces, Putin dijo que su objetivo era desmilitarizar y «desnazificar» Ucrania, una declaración rechazada por Kiev y Occidente como pretexto para una guerra de expansión al estilo imperial.
Lavrov dijo a RIA Novosti que las realidades geográficas habían cambiado desde que los negociadores rusos y ucranianos mantuvieron conversaciones de paz en Turquía a finales de marzo que no produjeron ningún avance.
«Ahora la geografía es diferente, está lejos de ser sólo la DPR y la LPR, también son las regiones de Jersón y Zaporiyia y otros territorios», dijo, refiriéndose a zonas mucho más allá del Dombás que las fuerzas rusas han tomado total o parcialmente.
(Información de las oficinas de Reuters; redacción de Grant McCool y Lincoln Feast; edición de Cynthia Osterman, Stephen Coates y Simon Cameron-Moore, traducido por Tomás Cobos)